La quiebra del turoperador más antiguo del mundo, Thomas Cook, conocida este lunes, ha dejado penas y 'glorias' en el sector turístico y aéreo. El gigante británico contaba con 200 hoteles y más de un centenar de aviones gestionados por varias aerolíneas. Pero su declive no ha sido una sorpresa para muchos, pues acumulaba una deuda superior a los dos mil millones de euros (1.933 millones de libras esterlinas) tras la desastrosa fusión con MyTravel en 2007.
Desde abril de 2018 sus acciones no habían hecho más que caer, dejándose un 86% de su valor en Bolsa en tan sólo un año y medio. Para sobrevivir, necesitaba reunir 200 millones de libras adicionales al paquete de rescate de 1.100 millones de dólares pactado con su principal accionista, el grupo chino Fosun. Algo que la multinacional finalmente no ha sido capaz de conseguir.
Este hecho ha beneficiado en el mercado a otras grandes marcas, especialmente a sus compatriotas. Sólo en el mes de septiembre los títulos del grupo International Airlines Group (IAG), la matriz a la que pertenecen Iberia, Vueling, British Airways, Air Lingus y Level, han subido un 13,97% en el parqué del Ibex 35, pasando de 4,6 a 5,3 euros la acción. Un valor que podría haber sido mayor de no haber sido por la caída del 4% sufrida este jueves por un 'warning profit' en el que rebajaba sus previsiones de beneficio por las huelgas de British Airways.
Más destacable es la subida de EasyJet, un 19,89% más en lo que va de mes, pese a que este jueves también se vio lastrada por la revisión de IAG. La aerolínea británica es una de las candidatas a quedarse con los slots (derechos de despegue y aterrizaje) más valiosos de Thomas Cook en el país, los del aeropuerto londinense de Gatwick, según apuntan fuentes del sector. Esto supondría un incremento importante en sus operaciones en el Reino Unido, su principal mercado, y por tanto en su negocio.
En el otro extremo de la balanza se encuentra el sector hotelero
Los títulos del la irlandesa Ryanair también ha experimentado crecimientos de un 12,21% en la Bolsa de Londres, pasando de un precio por título de 9,22 euros a principios de mes a los 10,29 euros actuales. Una alegría para una compañía que no atraviesa su mejor momento por el retraso en la entrega de los aviones 737 MAX de Boeing y la guerra de tarifas de las aerolíneas de bajo coste, que le ha obligado a reducir su previsión de crecimiento y a anunciar recortes y cierres de bases por todo el mundo, también en España.
La 'low cost' Norwegian no corre la misma suerte y sigue perdiendo valor en la Bolsa de Oslo, con un 2,17% menos en lo que va de septiembre. La citada crisis por el aumento del precio del combustible y la bajada de los precios en los billetes ha hecho que la aerolínea pierda 145,8 millones de euros durante los seis primeros meses del año, frente al beneficio de 26,3 millones de euros registrado en el mismo periodo de 2018. La noruega también tenía previsto cerrar bases en Canarias, pero este viernes ha comunicado que las mantendrá, aunque eliminará seis rutas en Madrid.
Aunque si hay un beneficiado de la desgracia de Thomas Cook, ese es el turoperador alemán TUI, principal competidor del primero. TUI siempre ha sido el primero de la fila en este sector mayorista, con más de 380 hoteles, 150 aviones, 1.600 agencias de viajes, 17 cruceros y 27 millones de clientes. Eran grandes rivales, con modelos de negocio muy similares, basados en paquetes turísticos de todo incluido en destinos vacacionales.
Sólo desde el lunes, cuando se conoció la quiebra de Thomas Cook, ha aumentado un 11,3% su valor en el mercado hasta los 10,63 euros, su máximo anual. Así que previsiblemente se terminará de coronar como el 'rey' de la turoperación en aquellos destinos en los que ambos competían, especialmente el británico y el alemán.
Los hoteles, los más perjudicados
En el otro extremo de la balanza se encuentra el sector hotelero. En España, la patronal turística Exceltur estima que el turoperador británico debe más de 200 millones de euros a empresas españolas, de las cuales un 65% corresponde a hoteles y fundamentalmente en Canarias y Baleares, donde la multinacional de los viajes tenía una importante presencia.
El principal motivo es que muchos grupos hoteleros trabajan en exclusiva con él bajo un contrato de garantía para asegurarse la ocupación. Ahora la patronal estima que "centenares" de hoteles pueden quedarse sin cobrar tras haber prestado los servicios a sus clientes. Además, el imprevisto les ha obligado ahora a rebajar sus precios, a la espera de que el Gobierno tome cartas en el asunto y amortigüe el golpe.
El Ejecutivo en funciones trabaja a contrarreloj para conocer el impacto de la caída de la multinacional en su economía y, según detallan fuentes cercanas al proceso, habría trasladado a asociaciones hoteleras y representantes autonómicos la posibilidad de otorgar ventajas fiscales a los hoteles afectados por la crisis del operador turístico británico. Una medida que sería similar a la adoptada por el Gobierno griego, otro de los países más afectados por el cese de las operaciones de Thomas Cook.