A pesar de que hace años que dejamos atrás la epidemia del VIH, que tantos titulares y víctimas dejó durante la década de los 80, todavía afecta a más de 37 millones de personas en todo el mundo. En nuestro país, se estima que cerca de 170.000 personas conviven a diario con esta enfermedad y con el estigma social que continúa suponiendo.
Hace apenas unos días, la farmacéutica especializada en la lucha contra este virus, ViiV Healthcare -fundada por GSK y Pfizer- anunció resultados positivos en su último tratamiento contra esta patología que podría revolucionar el mercado y la vida de miles de pacientes en todo el mundo.
En la actualidad, los avances farmacológicos permiten que los afectados puedan llevar una vida relativamente normal siempre y cuando se sometan a un tratamiento antirretroviral o TAR. Por lo general, este tratamiento consiste en la toma diaria de unos tres fármacos al día y tiene un coste medio en nuestro país de unos 6.000 euros al año. Si bien no cura el VIH, estos medicamentos ayudan a las personas afectadas a prolongar su esperanza de vida y a reducir el riesgo de transmisión.
Pero las complicaciones siguen siendo múltiples, ya que seguir el tratamiento a rajatabla suele suponer problemas, según explica la doctora de Medicina Interna Marisa Montes, del Hospital La Paz de Madrid. “Muchos pacientes nos cuentan que el hecho de tener que tomar cada día medicación supone un recordatorio diario de su enfermedad”, apunta.
Por el contrario, el tratamiento de ViiV Healthcare, que investiga conjuntamente con Janssen, la filial farmacéutica de Johnson & Johnson, no se administra ni vía oral ni diariamente. Se trata de una inyección que los enfermos tendrá que administrarse cada dos meses, lo que cambia por completo su estilo de vida. En particular, la investigación se ha centrado en la combinación de cabotegravir, fabricado por ViiV y rilpivirina, de Janssen.
“El principal cambio es que la administración no es oral sino vía intravenosa, lo que permite que los pacientes no tengan que tomar una dosis diaria. En el estudio se están administrando las dosis cada mes y permiten un control virológico perfecto”, celebra la doctora Montes.
Efectos psicológicos
Además de evitar que el paciente tenga que recordar diariamente su enfermedad, esta nueva forma de tratar el VIH garantiza que al menos durante dos meses, la dosis que reciben sea la adecuada. Algo que no se puede garantizar si los pacientes no se toman las pastillas diarias a rajatabla. De esta manera, se reducen las dosis necesarias de 365 al año a un total de seis.
El estudio donde se han obtenido estos resultados tan positivos se ha bautizado como ATLAS-2M, y acaba de entrar en la última fase antes de su comercialización. Según explica Montes, los resultados han sido más que positivos. “Perfectos, el control virológico ha sido perfecto”, apunta. En él han participado más de 1.000 personas de centros de Australia, Argentina, Canadá, Francia, Alemania, Italia, México, Rusia, Sudáfrica, Corea del Sur, España, Suecia y Estados Unidos.
Además de aliviar la carga médica de los pacientes, Montes destaca que puede mejorar enormemente su calidad de vida a nivel psicológico, más allá de dejar de tener un recordatorio constante del VIH. “Hay un aspecto muy importante que la gente no tiene en cuenta, y se refiere a la privacidad. Con este tratamiento, vayas donde vayas, convivas con quien convivas, no tienes que dar explicaciones, ya que no hay decenas de botes de medicamentos presentes”, señala.
Por delante de MSD
Por el momento, el tratamiento ya ha sido presentado ante las autoridades regulatorias pertinentes, la Agencia Europea del Medicamentos (EMA) y la FDA estadounidense. Desde ViiV Healthcare esperan que llegue a los hospitales de cara a finales de 2020.
De esta manera, la filial especializada en el VIH de GSK podrá adelantarse a MSD, que cuenta otro tratamiento en desarrollo que espera a convertirse en su principal competidor. No obstante, no llegará al mercado hasta 2023, como pronto.
De hecho, se estima que la lucha contra el VIH se convierta en uno de los sectores “más jugosos” para las farmacéuticas a nivel internacional en los próximos años. De acuerdo con uno de los últimos informes de los analistas especializados en el mercado farmacéutico de Citigroup, las ventas de medicamentos contra este virus podrían casi triplicarse en la próxima década, pasando de los 2.000 millones de dólares actuales a los 5.500 millones en 2030.