Grupo Villar Mir acelera sus planes de desinversión de activos con el objetivo de poder afrontar los voluminosos vencimientos de deuda que tiene en el corto plazo. En los próximos doce meses, el holding presidido por Juan Miguel Villar Mir tiene que repagar cerca de 450 millones a diferentes acreedores, entre los que se encuentran mayoritariamente entidades financieras pero también OHL, la compañía que fundó y presidió y de la que sigue siendo su primer accionista.
En total, la deuda con entidades de crédito del grupo que aglutina las participaciones industriales de los Villar Mir asciende a casi 1.100 millones de euros al cierre del ejercicio 2018. De esta cantidad, aproximadamente un tercio se corresponde con deuda a corto plazo, con vencimiento a lo largo del próximo 2020. En este ejercicio también acaba el plazo para el pago de la deuda que Grupo Villar Mir reconoció con OHL por la operación de compra-venta de la cementera Pacadar.
El holding está inmerso en la actualidad en negociaciones con la familia mexicana Amodio para deshacerse de parte de su participación en el grupo constructor fundado por Juan Miguel Villar Mir, que lo presidió hasta 2016. Es una de las operaciones para obtener liquidez con vistas a negociar con la banca la refinanciación de la deuda pero no la única. Para antes de fin de año espera cerrar la venta de su negocio de fertilizantes, agrupado en torno a la empresa Fertiberia, al fondo Triton. La operación cuenta ya incluso con el visto bueno de las autoridades comunitarias de Competencia y sólo está a falta de concluir una segunda due-dilligence por parte del comprador.
El grupo también ha vendido a lo largo de este año una participación minoritaria de la sociedad Fertial a la empresa pública argelina Sonatrach, aunque también se trata de una operación en la que queda pendiente su liquidación definitiva.
Tyrus, Credit Suisse, Santander...
El principal elemento de la deuda a corto plazo de Grupo Villar Mir es el préstamo concedido a finales del pasado año por el fondo Tyrus, por valor de 350 millones de dólares (unos 320 millones de euros). Estructurado en dos tramos, el primero de ellos, de 250 millones de euros, tiene fijado su vencimiento justamente dentro de un año y su coste variable está condicionado al comportamiento de las cotizaciones de OHL y de Ferroglobe, las dos empresas cotizadas que figuran en la cartera del holding. Las caídas experimentadas por ambas en el parqué encarecen el citado coste.
Otro de los aspectos más delicados de la estructura de deuda del grupo es un préstamo sindicado liderado por Credit Suisse. Con un límite inicial de 350 millones, Grupo Villar Mir pudo amortizar buena parte de él durante el pasado ejercicio, gracias a la venta de activos como un 12% del capital de OHL o la participación que mantenía en el complejo Centro Canalejas, en Madrid. Sin embargo, al holding aún le quedan por repagar 115 millones de euros del préstamo, cuyo vencimiento está fijado a mediados de 2020. Y además, esta financiación está sujeta al cumplimiento de algunos compromisos financieros que no han podido ser alcanzados.
Por el momento, Credit Suisse ha otorgado dispensas a Grupo Villar Mir, aunque la situación no deja de generar incertidumbre.
Banco Santander también figura entre los principales acreedores del holding con un préstamo otorgado en 2018 y cuyo saldo original, de algo más de 37 millones de euros, se fue ampliando en sucesivas novaciones hasta alcanzar la cantidad que actualmente está pendiente de pago, de 72,7 millones de euros. En este caso, el préstamo cuenta con diversos vencimientos parciales, que culminan en septiembre de 2020.