El gimnasio más de moda en Madrid, del que de momento no diremos su nombre, fue asaltado hace un mes. Al mismo acuden personalidades como el ministro Miguel Arias Cañete, (aunque no le luce demasiado), Eduardo Zaplana (a este le luce aun más que a Aznar; menuda tableta marca), la ex ministra Pilar del Castillo, Marta Sánchez; espléndida a sus …taytantos, Hilario Pino, Boris Izaguirre, Jordi González, el súper jefe del Santander Manolo Cendoya o el ex súper jefe del mismo banco, Francisco Luzón. Y me dejo nombres.
Un par de amigos, compañeros de deporte; a la sazón uno miembro de un importante bufete de abogados y otro, ejecutivo de un banco internacional, se encontraron cuando volvían rumbo a las duchas con que sus taquillas estaban reventadas. A los dos les faltaba exactamente lo mismo: un Rolex de pedida que llevan casi siempre encima con todo el cariño. Son jóvenes, claro, y recién casados. No faltaba ni dinero ni nada más.
Hechas las pertinentes denuncias a la policía, comenzó a aclararse la cosa: había un tipo sospechoso que había sido visto vagando por este y algún otro gimnasio de postín, de nacionalidad rumana. Ya lo tenían bastante calado. El tío, por lo visto, merodeaba, veía el objetivo que le interesaba y, nadie sabe muy bien cómo, se colaba como pedro por su casa y daba el golpe. Un tipo curioso, que sabía que a esos sitios la gente llega cargada de posesiones valiosas de las que se desprenden para hacer deporte. El ratero sabía que allí hay una alta concentración de objetos de calidad que puede localizar previamente y se depositan en taquillas cuya seguridad (como se ha podido comprobar) no es excesiva.
Finalmente, ha sido detenido en Zaragoza hace pocos días, donde intentaba repetir la jugada, ya que tal vez la capital comenzaba a estar demasiado 'trabajada'.
El delincuente fue cazado pero ¡ay amigo!, el botín no aparece por ningún lado. Y lo bueno es que el gimnasio tampoco se responsabiliza del hurto, con el consiguiente cabreo de los afectados. La batalla legal está servida, ya que en el mismo gimnasio les dicen a los perjudicados que no les consta que estuvieran depositados los relojes. La bronca no ha hecho más que empezar, claro, aunque con los abogados hemos topado.
Resulta que muchas compañías ofrecen como compensación a sus empleados de alto standing el pago del gimnasio. A estos jóvenes y brillantes ejecutivos les fríen a horas de trabajo, aunque como pago en especie les abonan (todo o parte) el gym, para que vuelvan frescos y relajados al lugar de trabajo. Así, queman su juventud en la ofi, pero con salud y deporte.
“Podemos ser más de 100 los que estamos en ese sitio, gracias a nuestras empresas; que si no tampoco podríamos ir a un sitio tan caro. Evidentemente, no se nos ocurre que nos puedan robar en un lugar presuntamente VIP”. Es que ya no se puede estar tranquilo ni en los gimnasios de los ministros.