Andrea Levy es la musa, menuda y frágil, del nuevo cuarteto que dirige ahora el Partido Popular. Ingresó Andrea en el PP por la puerta de Nuevas Generaciones, hace diez años, casi recién egresada del Liceo Francés y de la Facultad de Derecho. Alicia Sánchez-Camacho puso sus ojos en esta muchacha tímida, laboriosa, entregada a la causa y excelente conversadora. Lo más parecido a la pequeña Ana Torrent de "El espíritu de la colmena".
Apenas hace cuatro meses que, cosas de los partidos, resultó catapultada a uno de los despachos con más poder en Génova, junto a Moragas, para ocupar una de las nuevas vicesecretarías generales. Andrea, con experiencia en los bufetes de Roca Junyent (sí, el mismo) y Uría Menéndez, aterrizó en la sede nacional del partido plena de confianza y pletórica de emoción. Apenas nadie la conocía y ella tampoco conocía a casi nadie de los suyos en Madrid.
Experiencia televisiva
Curtida en las trifulcas televisivas en Cataluña, en permanente territorio hostil como los estudios y platós de RAC1 o TV3, Levy llegó con fama de desenvuelta, resuelta y muy segura de sí misma. De ahí la sorpresa que produjo entre algunos de sus compañeros de partido y, en particular en algún miembro del Gobierno, cuando en los primeros encuentros con Mariano Rajoy, Levy se dirigía al presidente con el tratamiento de 'usted'.
"Presidente si me permite...", "presidente ¿qué le parece?", "presidente estamos preparando...". Alguien le susurró que le apeara el tratamiento, que procurara evitar el usted. "Le haces parecer mayor y además es un compañero de partido".
Así lo hizo. Levy derribó la barrera del tratamiento hacia Rajoy, con quien se lleva apenas 30 años de diferencia y con quien ha sintonizado a las mil maravillas, de acuerdo con lo que se comenta en los pasillos de Génova. El 'usted' fue un detalle simpático y casi tierno, una anécdota que, de vez en cuando, alguien recuerda a la hora del café en la planta noble del partido. Levy ya es una presencia consagrada en el particular zoo político madrileño. Su entronización ocurrió con motivo de la conferencia política del PP, celebrada antes del verano. Le tocó aparecer en el escenario, junto a Pablo Casado, para demostrar que los nuevos leones de Génova son tan fieros y eficaces como los vendían. Y triunfó. Andrea, de discurso lineal y expedito, se llevó de calle a los casi dos mil asistentes. Ahora es tan popular que hasta le atribuyen tropezones sentimentales con algunos que en Moncloa llaman los 'rubenes del jijijaja', subespecie periodística que se reproduce en un determinado Madrid. Pero Andrea, 'nadie, ni siquiera la lluvia tiene las manos tan pequeñas', sigue a lo suyo, preparando el programa del PP para las generales. Y a Rajoy, de tú.