Funcionarios, diputados de la Asamblea de Madrid, guardias jurados y periodistas infringieron de manera constante y reiterada la Ley de Prevención de Riesgos Laborales este jueves. Entre los visitantes había incluso una arquitecta. “Las condiciones en las que se hizo esa visita son una barbaridad y parece mentira que nadie fuera capaz de exigir las mínimas condiciones de seguridad tan necesarias para evitar accidentes”, según dijo a este Buscón un sindicalista especializado en seguridad laboral que no creía el relato.
Diputados del PP, PSOE, Podemos y Ciudadanos, miembros de la Comisión de Endeudamiento de la Asamblea de Madrid, visitaron los túneles y el edificio de Medicina Legal de la paralizada sine die Ciudad de la Justicia de Valdebebas. La obra está repleta de carteles en los que se exige cumplir una serie de medidas de protección. La comitiva fue acompañada por un técnico de la Comunidad de Madrid, funcionario, llamado José Luis, adscrito a la Consejería de Justicia. También acudió un subdirector de la Consejería de Justicia.
Ninguna de las dos personas recordó a los presentes que era necesario cumplir unas normas para realizar la visita a la obra tanto a los túneles como al edificio, que está al 90% de su construcción. Pero ninguno de los asistentes, incluidos los diputados, todos ellos legisladores, recordaron a los empleados que entrar desnudo de protección era incumplir la Ley de Protección de Riesgos Laborales, algo que denuncian constantemente los sindicatos.
Las escaleras, por ejemplo, no están instaladas y sólo hay unos quitamiedos de tubo. Había oscuridad en todo el edificio y tan sólo los guardias jurados llevaban una pequeña linterna. Las paredes están sin el falso techo de escayola por lo que podría haber caído algún elemento a la cabeza de alguno de los visitantes. En los túneles había agua y nadie llevaba zapatos apropiados para impedir una electrocución. Para colmo, tampoco había luz en el túnel y no se repartieron chalecos reflectantes ni cascos. Algunas de las mujeres que acudieron a la visita llevaban zapatos de tacón, lo que podía haber provocado alguna caída por la tierra durante el recorrido.