El Buscón

¿Manejaba el expresidente de Caja Segovia visas opacas como las de Caja Madrid?

   

Atilano Soto, expresidente de Caja Segovia, ha pasado de ser apodado 'Atiline' (pronúnciese 'Atilain'), "porque tenía cobertura en todas partes", a ser multi-imputado y a no poder dar un paso por Segovia sin que algún paisano le insulte.  Cuentan las crónicas de los 90 del pasado siglo que Atilano Soto, entonces popular presidente de la Diputación, fue galardonado con el 'Dómine Cabra' por su avaricia de cargos (en la FEMP, en Caja Segovia, en Azucarera Ebro Agrícolas…). Pocos 'Dómine Cabra', premio que otorgan cada año los periodistas de la ciudad de 'El Buscón' a quien más entorpece su trabajo, se han parecido tanto al personaje archipobre y protomiseria de Quevedo como Atilano Soto. 

Este lunes, 'Milano' Soto ha vuelto a desfilar ante el juez, esta vez por el caso de las retribuciones millonarias de Caja Segovia. Caso que denunció UPyD hace dos largos años, ante la sospecha de que ocho directivos de la cajita de provincias se embolsaron en torno a 34 millones de euros.  

Tras la declaración del expresidente Soto y del exvicepresidente, el exsenador socialista Manuel Agudíez, el abogado querellante de UPyD, Andrés Herzog, lamentó que no se pudo preguntar por cuestiones importantes, como las retribuciones oficiales, pero tampoco por otros conceptos como viajes que al parecer no se declaraban, lo que de hecho dio lugar a una inspección por parte de Hacienda: "Queremos saber si además de estos viajes, regalos, dádivas… hay otras cuestiones como tarjetas de crédito opacas. Cosas que, según los medios, parece que existieron en Caja Madrid. Son remuneraciones sigilosas, ocultas, de las cuales no hay prueba", añadió el también abogado en el caso Bankia. 'The answer my friend is blowing in the wind', porque lo que es en sede judicial, no se oyó. Sucede que la estrategia de todos los imputados del Comité de Retribuciones es no responder a las acusaciones, solo a la tríada formada por el Ministerio Fiscal dependiente de Antonio Silva, al juez Jesús Marina o a su abogado defensor, Luis Rodríguez Ramos. 

Para Herzog, tras las declaraciones, parece ser que los consejeros (del PP, del PSOE, de la CEOE, de CCOO…) realmente no se enteraban de que los directivos se autoasignaban "dotaciones estratosféricas". Eso sí, se les tenía contentos "para que aprobaran cosas y no hicieran demasiadas preguntas". Para el defensor, Luis Rodríguez Ramos, abogado de imputados de Caja Segovia de todo color político y de Atilano Soto también en los casos de Bankia y del Torreón de Lozoya (Navicoas), "si hay visas opacas, si se han ido a Venecia o al quinto pino de viajes de placer, yo no lo sé, ni me importa, porque en esta causa se están viendo exclusivamente las prejubilaciones". 

Según este penalista, cuyo despacho también defendió al exdiputado popular imputado en Gürtel, Jesús Merino, en Caja Segovia "no ha ocurrido nada, nada, nada", los directivos que se lo llevaron crudo "cumplieron con su deber", los pobrecitos sufren daños morales y materiales sin cuento por culpa del 'strepitus fori' y "esta causa tendría que terminar como terminó la investigación fiscal de Segovia 21: que se acuerde un sobreseimiento libre porque el juez llegue a la conclusión de que no existe ningún indicio de criminalidad". ¿La imputación de Atilano 'Milano' Soto en el caso Bankia? "Otra locura de UPyD".

Por cierto, la formación magenta ya calculó en una nota de prensa del año pasado que los honorarios conocidos de Atilano Soto sólo en 2011 "superan la cantidad de 250.000 euros anuales si sumamos los 141.800 euros que percibió por formar parte del Consejo de Administración de Bankia, incluyendo sus dietas como presidente de la Caja, y un Plan de Pensiones de la propia Bankia, más los 112.000 euros que cobró como Consejero Delegado de Segovia 21.
 A todo ello habrá que añadirle las dietas que pudo cobrar como Consejero Delegado de Segovia 21, los gastos de la famosa tarjeta VISA de uso personal por ser Presidente de la Caja, y todas las remuneraciones en especie que también recibió en dicho periodo como viajes, vehículos, automóviles, e incluso el disfrute a título personal de inmuebles propiedad de la Caja de Ahorros. Y todo ello sin perjuicio de otros honorarios que pudiera cobrar como miembro de Consejos de Administración de otras sociedades durante los largos años que ha ejercido como Presidente de Caja Segovia". No está nada mal para ser un "presidente honorífico sin funciones ejecutivas".

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