Desde que estaba en el equipo de Artur Mas se decía de él que era el menos nacionalista del gobierno catalán. Santiago Vila i Vicente, el exconsejero de Territorio y próximo responsable de Cultura del nuevo presidente, Carles Puigdemont, es un bicho raro.
“Mantengo dentro del partido una postura como la de Erasmo de Rotterdam: siempre crítico pero finalmente fiel”
¿Y qué lo hace tan singular? Pues algunas cosas. No atiza en la gresca con Madrid, va por libre y procura vivir y dejar vivir. En Perfil propio (Angle), un libro de conversaciones publicado por el periodista Francesc Soler, se da cuenta de muchas de sus opiniones. Entre ellas, frases del tipo: “Mantengo dentro del partido una postura como la de Erasmo de Rotterdam: siempre crítico pero finalmente fiel”. También algunos mazazos del tipo: “El escepticismo , especialmente el ampurdanés , es la única vacuna eficaz contra el fanatismo y el papanatismo”.
Santiago Vila (1978) se ha declarado catalanista, pero niega totalmente ser nacionalista. Cree firmemente en que Cataluña y España deben conseguir una decisión basada en el diálogo, así quedó demostrado, por ejemplo, con sus buenas relaciones con la ministra de Fomento, Ana Pastor.
"La primera virtud de Santi Vila, pues, es que ningún dogma ideológico, ni ninguna fe esencial, ni ninguna consigna al uso lo pueden definir. Ha bebido de las fuentes de muchas ideas, y de ellas ha hecho un relato personal dinámico, tan capaz de mantenerse inalterado como de modular en el tiempo. Como buen escéptico, no se siente prisionero en el futuro de lo que dice en el presente", escribe Soler de su biografiado. La verdad es que Vila dice sentirse cómodo con España, una actitud que tiene como pintoresca confirmación su afición toros. A pesar de su querencia por la tauromaquia, votó en contra de la permanencia de las corridas en 2010. Lo hizo por la votación en bloque, no porque realmente creyera en ello.
“Ir a las corridas de toros era algo transversal, no era algo de derechas o e izquierdas pero ahora el debate se ha ideologizado”
El entonces consejero de Territorio y Sostenibilidad de la Generalitat y exalcalde de Gerona se desmarcó de la decisión con toda naturalidad. "El Parlamento catalán se equivocó al prohibir la Fiesta. Los catalanes tenían la libertad de ir o no a los toros, ¿quiénes somos nosotros para prohibir una tradición de hace 150 años?”, aseguró. “Ir a las corridas era algo transversal, no era algo de derechas o e izquierdas pero ahora el debate se ha ideologizado”, remató.
Nacido en Granollers (Barcelona), es historiador y escritor y en 2014 atrajo especialmente la atención de los medios de comunicación, por protagonizar la primera boda homosexual de un gobierno de la Generalitat catalana. El diputado de CiU contrajo matrimonio con Rafael Vertamatti, un chef brasileño de 32 años con quien llevaba diez años de relación.
