Pocos conocían a Alfonso Dastis, 61 años, hasta que este jueves fue nombrado por Mariano Rajoy como nuevo ministro de Exteriores. Jurista, diplomático, experto en cuestiones internacionales, ha desarrollado su labor profesional en foros muy diversos, generalmente relacionados con la UE. García-Margallo se jactaba, en el traspaso de poderes, de que Dastis fue el primer embajador que nombró nada más hacerse cargo de la cartera de Exteriores.
Lo situó al frente de la legación española ante la Unión Europea, una responsabilidad de enorme nivel pero de escasa repercusión pública y política. Allí fue donde conoció a Francisco Millán, muy popular en los ambientes españoles de la capital comunitaria como ‘el cuñadísimo’, ya que se trata del esposo de Mercedes Rajoy, registradora de la propiedad destinada en Getafe y, a la sazón, hermana del presidente del Gobierno. El cuñadísimo, esa gran tradición en la política española, había hecho sus efectos.
Un guía eficaz
En los primeros escarceos para averiguar quién demonios es el ‘padrino’ político del nuevo e ignoto ministro de Exteriores emergieron todo tipo de teorías. La primera, que siempre sintonizó a la perfección con Rajoy en sus desplazamientos al corazón europeo en las numerosas reuniones que ha tenido que mantener el jefe del Gobierno español en esa árida y complicada plaza.
Dastis era su lazarillo, su guía, su asistente insustituíble en un entorno complicado y muchas veces hostil. Se granjeó su simpatía y, desde luego, su reconocimiento. Se dijo también que su candidatura fue avalada por otro diplomático, Jorge Moragas, el jefe del Gabinete del presidente y uno de los políticos con más capacidad de influencia en Moncloa, e incluso posible aspirante a ese mismo cargo de acuerdo con las quinielas.
Finalmente, una fuente del PP muy conocedora de los ambientes de la capital comunitaria hizo circular este jueves la teoría más certera. El nuevo ministro Dastis, méritos profesionales al margen, que lo son y mucho, es amigo íntimo del denominado ‘cuñadísimo’, es decir, del superpodoroso Francisco Millán, quien había ejercido como puente de unión, durante estos años, entre su cuñado y el ahora titular de Exteriores.
Pocas personas traspasan el círculo íntimo y de amistad del presidente del Gobierno. Millán, naturalmente, es uno de ellos. Y en él introdujo a Dastis, un hombre de natural modesto, humilde y sin demasiadas apetencias de hacer carrera en la política en Madrid. Suceder a García-Margallo es garantía de éxito, ‘porque no se puede hacer peor’, comentaba un veterano diplomático del Palacio de Santa Cruz. Dastis, seguro, lo hará muy bien, le confiesan a este Buscón. Además, siempre tendrá a mano el consejo y el auxilio del ‘cuñadísimo’ para orientarse o rectificar según suplen los vientos en el despacho oval de la Moncloa.