En el Ministerio de Asuntos Exteriores se montó ayer un buen pollo a cuenta de la pieza (“Margallo responde a Montoro: `Si eres ágrafo y no lees…´”) publicada en El Español por la periodista Ana Romero, ex del diario El Mundo como el propio Pedro J. Ramírez. El Departamento de Comunicación que dirige Tomás Poveda, director general de Medios y Diplomacia Pública, acusó a la periodista de no haber respetado el off the record que se había pactado previamente al café mantenido con el ministro en el Palacio de Viana. Vamos, que la aguerrida Ana Romero, experta en mil batallas con celebrities de la talla de Corinna zu Sayn-Wittgenstein, también conocida como la novia de Reverte, se pasó el off the record con Margallo por el forro de sus caprichos o por la entrepierna, como ustedes prefieran.
“La periodista llamó pidiendo un encuentro con el ministro porque estaba preparando un perfil sobre él y quería contrastar cosas que iba a contar en el mismo”, cuentan desde el Ministerio. “Se le dijo que sí, entre otras cosas porque Romero había tenido dificultado el acceso a este ministerio con el anterior equipo de Comunicación. Se pacta que el encuentro será off the record, y que además se compromete a remitirnos el perfil de marras para que el propio ministro dé su visto bueno. En el transcurso de la charla, alguien se da cuenta de que está grabando la conversación con su móvil y cuando se le pregunta al respecto, aduce que es para poder contrastar con más seguridad de cara al susodicho perfil. Cuál no sería nuestra sorpresa cuando horas después llama diciendo que va a publicar parte de la conversación. Pero eso no es lo que hemos acordado, se le replica desde aquí, a lo que responde que bueno, que ella es periodista y que lo que le había dicho el ministro era muy interesante. Y anoche estuvimos hasta casi la una de la madrugada tratando de hacerle ver que no podía violar un off the record y que eso era muy grave…”.
Había ocurrido que El Mundo les chafó literalmente la presentación en sociedad de El Español con la exclusiva de las atronadoras declaraciones entrecomilladas del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, al periodista Jorge Bustos. Y en Asuntos Exteriores piensan que Pedrojota quiso emular la jugada y responder a esa exclusiva con un entrecomillado del ministro García-Margallo contestando a su colega Montoro. Parece, sin embargo, que hay una diferencia muy clara entre ambos episodios. Mientras que la publicación de la rajada de Montoro contra tirios y troyanos fue autorizada, la de Margallo aparecida en El Español no lo fue. “Simplemente, Ana Romero se saltó a la torera un off the record muy explícito”.
"Estuvimos hasta la una de la madrugada tratando de hacerle ver que no podía violar un off the record", dicen desde Exteriores
Opiniones descontextualizadas
En Exteriores acusan además a la periodista de haber descontextualizado, incluso manipulado, algunas de las cosas atribuidas al parlanchín Margallo. “Por ejemplo, eso de que 'yo presido el mundo en este momento' es un comentario jocoso que el ministro hace a la hora de las despedidas, cuando todo el mundo está ya de pie estrechando manos y casi como un chascarrillo, una broma de barra de bar que no se puede entender de otra forma en una cabeza bien amueblada. Y algo similar ocurre con el adjetivo de ágrafo, dedicado a Montoro”.
Según parece, el personal de Comunicación de Exteriores intentó persuadir a Romero de la inconveniencia de violar el compromiso adquirido recordándole algunos de los principios y normas deontológicas publicadas por el diario de reciente aparición. En vano. Por ejemplo, la norma número 2 que obliga a los redactores del diario digital –se ve que hay gente que se ha tomado la molestia de leerlas- asegura que “Los periodistas de El Español tienen el derecho y el deber de no revelar sus fuentes de información. No difundirán informaciones que hayan aceptado recibir bajo el compromiso del off the record siempre que se mantengan las circunstancias del acuerdo”.
El punto 7 de tales normas, referido al empleo de citas, dice tal que así: “Cada palabra o expresión entrecomillada por los periodistas de El Español debe responder con fidelidad a lo transmitido por el emisor. La edición de un testimonio nunca debe alterar el sentido y la intencionalidad del emisor”. El punto 3 del prontuario de buena conducta profesional es todavía más explícito: “Los periodistas de El Español deben precisar siempre si los datos que publican proceden de su propia observación”. O son producto de su libre albedrío, cabría haber añadido. Una pena que tan buenos deseos hayan durado tan poco.