El nuevo consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Javier Rodíguez, ha logrado en pocos meses pacificar la marea blanca que amenazaba con destrozar los resultados electorales para las próximas autonómicas del Partido Popular. Una de las tácticas que ha utilizado ha sido ir a desayunar con los médicos de los 29 hospitales de la región a los que ha tranquilizado y explicado que se olviden ya de los planes privatizadores del PP.
Les ha prometido que va a luchar para que el Gobierno de España cumpla y pague los mil millones que le corresponden a Madrid por el aumento de población, lo que mejorará las condiciones económicas de la sanidad madrileña. Esta es una vieja reivindicación de los tiempos de Esperanza Aguirre. En la reunión que organizó con los 450 médicos y sanitarios con el presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, ofreció algo más de dinero si se operaba los fines de semana y la conversión en interinos de los eventuales, así como otras viejas peticiones profesionales.
Pero en los desayunos la cuestión que más gusta a los médicos es la posibilidad de retrasar la jubilación hasta más tarde de los 65 años. Un informe del gerente de cada centro decidirá si es posible esta situación, que provocó el año pasado un gran enfado al enterarse los doctores por una carta personal que debían abandonar su puesto de trabajo cuando muchos están en condiciones y desean seguir trabajando.
Por otra parte, la principal asociación de médicos que organizó la marea blanca AFEM ha convocado elecciones de cara a las "próximas acciones". Su presidente, Pedro González ha escrito una carta en su página web en la dice que odia la estupidez política "y me produce las más profundas nauseas".
"La elección del nuevo consejero -dice- sólo representó un intento vacuo de calmar a los irritados profesionales en un año electoral en el que los políticos sólo están pensando (todos) en su lucha por alcanzar el poder". Posteriormente y para valorar la oferta de convertir los eventuales en interinos (oferta presentada por González en el encuentro con los médicos) señala que "es algo que en justicia debería haber sido concedido al personal sanitario hace años".
"Lejos de alegrarme, esto insulta mi dignidad y la de los profesionales sanitarios, no hemos recorrido este largo y duro camino para recibir un caramelo a cambio de votos, sino para cambiar el sistema... para exigir el respeto y la consideración que la profesión merecemos".
