José María Aznar Botella ha movido el domicilio social de su ya potente vehículo asesor, Poniente Capital, a la calle María de Molina, 40, primera planta, procedente de Castellana, 100, según se desprende de los registros mercantiles. En la nueva dirección está también la célebre fundación FAES, presidida por su padre, José María Aznar, que contempla apaciblemente desde su despacho de la planta sexta de dicho inmueble el desmoronamiento de su partido en las encuestas, preso de la crisis y de esos tesoreros que carga el diablo.
Dicha boutique financiera formada con algunos socios de su confianza ha sido contratada por el fondo buitre Cerberus para asesorarle en la compra de activos malos a la Sareb.
José María Aznar jr. es el mayor de los hijos del expresidente. Licenciado en Cunef, sigue una senda financiera que no ha emulado su hermano menor, Alonso, metido de lleno en los negocios hosteleros de más alto copete.
Tal como indican las informaciones registrales, padre e hijo estarán cerca para pedirse consejo mutuamente, que no en vano el jefe de FAES siempre ha hablado maravillas de sus vástagos. Y tampoco viene mal al hijo tener cerca físicamente al padre, con la de contactos que tiene y los consejos que acumula.
El mayor de los Aznar-Botella siempre ha tenido interés por lo político y ahora podrá seguir casi in situ las andanzas de su padre y el think tank pepero.
Lejos quedan los tiempos en que al financiero de nueva cuña le pillaron en Italia a 150 por hora con su Porsche y le retiraron el carnet. Ahora, María de Molina, 40 emerge como uno de los centros neurálgicos del poder político-económico del momento.
Claro que igual todo ha sido una casualidad y ha sido tan simple como un mensaje de padre a hijo: “oye, que me ha dicho el portero que queda libre una planta. Si te interesa dímelo rápido y te la reservo, que está tirada…”. De estas cosas han pasado en todas las familias.