El Buscón

Rita comiendo en Horcher y gastando dinero público sin freno en los días de vino y rosas

Qué bello era ser alcaldesa de Valencia cuando pasabas dos días por Madrid, comías en los mejores restaurantes y apoyabas proyectos megalómanos sin que nadie te preguntara quién iba a pagar las facturas. Ahora las cosas han cambiado, ¿o no?

  • Fitur 2004: Una sonriente Barberá es besada por Fraga

Algunos piensan que estos días en los que los políticos gastaban el dinero de todos a espuertas y sin control ya no volverán. Otros, sin embargo, creen que si algo no se ha ajustado todavía en España es precisamente el derroche de la clase dirigente, que se resiste a aplicarse ese mandato de austeridad que sí predican con fe del converso para los demás. En cualquier caso, causa hilaridad analizar documentos como el que ha caído en manos de este Buscón, que no es sino la agenda de la eterna alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, para acudir a Fitur en 2004.

Corría el final del mes de enero de ese año y Barberá (por entonces, 13 años al frente del consistorio valenciano; hoy suma ya 22) se disponía a pasar dos días de asueto por la capital de España. Entiéndase bien: no estamos diciendo que Barberá no diera un palo al agua en esas dos jornadas en Madrid. De hecho, las crónicas de la época aseguran que Rita mantuvo una reunión en Fitur con el director internacional de ventas de la firma propietaria del Queen Mary II, con el objetivo de que el buque hiciera escala en Valencia durante la celebración de la Copa América.

Un salmón marinado vale en Horcher 29 euros sin IVA; todo era poco para los políticos valencianos, cuya caja rebosaba de dinero

Sin embargo, sí está claro que la delegación valenciana no se privó de nada en ese viaje. A saber: el miércoles 28 de enero comieron en Horcher, un muy elitista restaurante especializado en carne de caza. La carta de este establecimiento no está al alcance de casi nadie. La entrada de salmón marinado vale 29 euros, un rodaballo 42 y una ensalada de patatas con huevo poché a la mostaza de pommery (entendemos que de excelente calidad), 29 euros, o sea 5.000 antiguas pesetas. Para más inri, todos estos precios son sin IVA.

Por la tarde, las reuniones eran ilustres, todas ellas con miembros del sector financiero. Así, Rita se vio con Ramón Aguirre, entonces presidente del ICO, y con el Dircom del Banco Santander, José Manuel Cendoya. ¿Pidiendo apoyo financiero para los proyectos megalómanos valencianos? La jornada de trabajo acababa poco después de las 7.

Valencia invita a 'tots'

Para el segundo día, Barberá se reservó un encuentro con el entonces presidente de la Xunta de Galicia, el fallecido Manuel Fraga, encuentro en el que ambos líderes firmaron un acuerdo de colaboración entre ambas regiones, muy diferentes pero con un lazo muy fuerte en común: su fidelidad al Partido Popular. Ese día no hubo comida en restaurantes lujosos pero se dejó al entonces presidente de la Comunidad Valenciana, Paco Camps, ofrecer un almuerzo para varios cientos de personas en el que seguro que no corrieron el vino Don Simón ni las croquetas de bolsa, sino alimentos más adecuados al exquisito paladar de los políticos levantinos. En aquella época, Camps podía pagar eso y más: los ingresos tributarios a lomos de la construcción le tenían la caja rebosante.

Los días de vino y rosa de Barberá por la capital de España acabaron después de este encuentro con el presidente fundador del PP, y poco más allá de las 5 de la tarde inició su regreso, al menos sobre el papel, a la ciudad del Turia. No sin antes haber gastado cientos, tal vez miles de euros por cada una de las personas que acudió a la feria turística y en menos de 48 horas. Por supuesto, nadie de los que viajó, durmió y comió de gorra llegaría nunca a pensar que el gasto fuera inadecuado. Y todavía alguien se pregunta por qué España está como está...

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