Cataluña tiene atractivo turístico y ha sido una actividad económica importante en muchas comarcas. Los Juegos Olímpicos Barcelona en 1992 convirtieron la ciudad en una referencia internacional de culto y una visita obligada. Para 500 millones de europeos volar unos días a Barcelona y pasar unas semanas en Cataluña ha sido fácil y muy agradable.
El turismo receptivo ocupa en Cataluña a más de 450.000 personas y supone el 13 % del PIB. Sus focos de atracción y residencia son Barcelona, la Costa Brava, la Costa Dorada y los Pirineos. Por otra parte, es significativo el número de personas del resto de España y de extranjeros con residencia permanente en Cataluña, sea por jubilación o por turismo de temporada.
El procés impactó fuertemente en el turismo. Las marcas Barcelona y Cataluña están hechas trizas. La actividad turística menguó en todas las tipologías de turismo. El turismo nacional ha caído de la manera rotunda que vemos en el panel A de la Figura 1.
Cataluña era muy turística. El procés le dio varias graves estocadas. La pandemia de coronavirus ¿le habrá dado la estocada final?
“El turista que llega a Cataluña ha pasado de alto poder adquisitivo a mochilero”, dijo el consejero delegado de Meliá Hotels International, Gabriel Escarrer Jauma, en la jornada El futuro del Turismo, celebrada el miércoles 27 de noviembre 2019. En este sentido, consideró que las cuestiones políticas de la comunidad han sido como un “tsunami” para el sector, perjudicando especialmente a los establecimientos hoteleros de cinco estrellas, al turismo de compras y al de negocios.
Por su parte, el presidente ejecutivo de Iberia (IAG), Luis Gallego, indicó que "la seguridad es un driver muy potente a la hora de elegir destinos turísticos."
La Vanguardia tituló el 13 de noviembre de 2019 “Los jubilados evitan Catalunya: el 40% de plazas del Imserso, sin cubrir”.
Los turistas extranjeros suponen el 74,6 % del total de visitantes a Cataluña, según se ve en el panel B de la Figura 1. Con el golpe del otoño 2017 todo se contrajo: reservas (-60 %), pernoctaciones y grado de ocupación (-23 %), así como precios de los hoteles y pisos turísticos, tráfico en el aeropuerto de Barcelona, atraque de cruceros, compras…
Figura1. Composición del turismo receptivo, e impacto del golpe separatista de otoño 2017
Panel A. Evolución de las reservas de los turistas españoles en Barcelona y en el resto de Cataluña, en % sobre el total de reservas
Panel B. Evolución de las reservas de los turistas extranjeros en Barcelona y en el resto de Cataluña, en % sobre el total de reservas
En el período 2018-septiembre 2019 el turismo siguió renqueando, impactado por las políticas anti turismo, las acciones de turismo fobia (escraches, performances, pintadas), y la agobiante inseguridad por robo y la simbología prosecista, como las cruces amarillas en playas. Luego, ya en octubre de 2019, con disturbios en las calles, “es una auténtica estampida. Se marchan superasustados por su seguridad.”
Cataluña era muy turística. El procés le dio varias graves estocadas. La pandemia de coronavirus ¿le habrá dado la estocada final?