ERC y JxCat han puesto sus condiciones encima de la mesa para facilitar la investidura de Pedro Sánchez. Los dos grupos se emplazaron a consensuar una estrategia unitaria, pero las peticiones expresadas hasta ahora muestran diferencias y tres puntos en común: un diálogo sin condiciones ni vetos precios entre ambos gobiernos, como si de dos países se tratara; la libertad de los políticos presos y fugados; debatir sobre la autodeterminación con referéndum vinculante. Hasta ahora, el PSOE no ha comentado el estado de las negociaciones ni ha valorado las propuestas.
Sin un tiempo estipulado para el primer día del debate de investidura, los dos partidos independentistas han mostrado sus acuerdos de máximos para iniciar la negociación. Las condiciones impuestas son de calado y superan la Constitución convirtiéndose en un desafío al pacto alcanzado entre Sánchez y Pablo Iglesias, que había emplazado a dialogar "siempre" dentro de la Carta Magna.
La prioridad del Gobierno es negociar con ERC, ya que la aritmética hace prescindible a JxCat. Con las 13 abstenciones, independientemente del signo de JxCat, Sánchez lograría el apoyo para continuar en La Moncloa. Sin embargo, Esquerra se enfrenta a un laberinto en Cataluña si permite la investidura sin acuerdo con los de Carles Puigdemont ya que propiciaría un adelanto electoral bajo acusaciones de 'traidores'.
Una mesa entre iguales con la autodeterminación
En esta hipotética mesa entre iguales, ERC considera interlocutores válidos los "representantes legítimos de los ciudadanos". También figura la imposición de levantar actas por escrito de cada sesión o bien la figura de un "relator" para dar fe de los acuerdos. En la misma se dialogaría de todo, "sin condiciones ni cortapisas", como la autodeterminación, referéndum y amnistía de todos los presos, incluidos los fugados.
Para JxCat, los únicos representantes para esta mesa de negociación son Quim Torra, presidente de la Generalitat y el fugado Carles Puigdemont; también exigen la presencia de los presos, incluidos Oriol Junqueras y Raül Romeva.
La formación liderada por Carles Puigdemont y Quim Torra, representados por Laura Borrás, cabeza de lista al Congreso, se centra en la declaración de la Llotja de Mar, un acuerdo entre nacionalistas de todo el Estado a excepción de PNV y Compromís. El pacto incluye "el derecho de autodeterminación de los pueblos, la libertad de los presos y presas políticos, y el retorno de los exiliados". JxCat ha añadido a la citada declaración una "mediación internacional" y la presencia de los ya mencionados dirigentes independentistas.
Actualización de Pedralbes
Los de Gabriel Rufián y Pere Aragonés, parten de la declaración de Pedralbes, que propone "un diálogo efectivo" mediante la convocatoria de la comisión bilateral y la mesa de partidos, cuyas funciones serían "ampliar el espacio de diálogo con el fin de analizar las propuestas que se sometan a debate y aprobación".
A esas mesas llegarían propuestas de los partidos para formular el encaje entre Cataluña y España. Estas conclusiones consensuadas tendrían que plasmarse "mediante las oportunas y posibles modificaciones legislativas", señalaba la declaración.
Los representantes escogidos para formar parte de la mesa de partidos tendrían que ser dos dirigentes de cada formación con capacidad para decidir tanto a nivel estatal como catalán. En la mesa de partidos cada uno de los participantes planteará sus propuestas de resolución y proyecto político sobre el futuro de Cataluña con total libertad. La coordinación de esta mesa "será una sola persona". También se fijaba un calendario.
ERC pide ahora un nuevo calendario "cuanto antes". "No queremos que se juegue con el tiempo ni la paciencia", ha asegurado Aragonés, quien pide al Gobierno "sentarse y hablar". Sería únicamente la base para "dar el primer paso" hacia la solución democrática.