El plan del Gobierno para salir de la cuarentena sanitaria genera descontento político.
El editorial del Ara centra la cuestión: "Lo que no puede ser es que se esgriman los Pactos de la Moncloa y se presione a la oposición para que se siente en una mesa y luego se actúe con una especie de despotismo ilustrado revisitado. (…) El mismo plan que se presentó, o uno muy similar, que hubiera sido pactado con las autonomías, que respetara las competencias de cada administración, que tuviera en cuenta la idiosincrasia de cada territorio, habría sido mucho más efectivo".
Ferran Cases, en Naciodigital.cat, cree que hay que hacer algo, puesto que "Sánchez sólo rectificará si encuentra presión real, si ve que corre el riesgo de no aprobar los decretos y de no poder ni siquiera negociar los presupuestos y las reformas que sean necesarias cuando acabemos con todas las fases de desconfinamento"; pero también reconoce las limitaciones de sus socios: "ERC, PNV y Unidas Podemos tienen claro que la alternativa en forma de tripartito de derechas es mucho peor y por eso le han permitido gobernar".
José Antich, en elNacional.cat, ya pide tumbar el estado de alarma, porque "quien más quien menos le está viendo las orejas al lobo del programa que está llevando a cabo Pedro Sánchez, que es una recentralización en toda regla y un desmantelamiento del estado de las autonomías".
Y Pilar Rahola, apocalíptica, nos advierte de la democracia en erosión: "Si los tiempos ya eran difíciles para mejorar las democracias, la tormenta perfecta que significa la pandemia —que suma a la crisis sanitaria la económica, la social y la política— está animando a una regresión mayor que ya no afecta sólo a los sospechosos habituales, sino que se cierne sobre democracias más consolidadas".
Si en el extranjero van mal, en España no veas: "El caso español es, en este sentido, de manual, con un severo aprovechamiento de la crisis sanitaria para un recorte de derechos civiles. Desde el conflicto catalán, España no ha cedido en su proceso de regresión de libertades, y la erosión del Estado de derecho amenaza con empeorar".
Raül Romeva: la independencia dolerá
Los que pusieron en circulación el lema “tenemos prisa”, ahora no tienen tanta; los que nos dijeron que sería muy fácil, ahora lo ven más difícil. Es lo que afirma el que fue consejero de Asuntos Exteriores, Relaciones Institucionales y Transparencia de la Generalitat de Cataluña en tiempos de proclamaciones, Raül Romeva: “Todo el mundo ha de entender que la independencia no será ni fácil ni rápida ni indolora”.
Este último adjetivo es especialmente significativo, porque la idea mantenida con gran émfasis durante los años del proceso era que bastaba con una proclamación de independencia para allanar todos los obstáculos, que España no podría hacer nada para impedirla y que en Europa nos acogerían con los brazos abiertos. Vemos pues que ya dan por amortizada la visión idílica de entonces y pasamos a constatar que "ningún gran cambio social, a lo largo de la historia, se ha conseguido de manera rápida, fácil o indolora. En el caso de la República Catalana es lo mismo".
En esta entrevista en elCritic.cat, es presentado como "uno de los hombres de máxima confianza en la cárcel de Oriol Junqueras" y con "todavía mucho futuro en el campo político independentista". Así pues Romeva se eleja del equipo de animadoras de Waterloo y apuesta por la estrategia de largo alcance de ERC.
Parece confirmarlo su rechazo, sin dar nombres, de ciertas actitudes tan ruidosas como inanes: "Los cambios no los provocan los puristas, sino los integradores. Un movimiento es ganador cuando se hace grande, y esto ocurre cuando es amable e inclusivo. Si, en cambio, se ve como antipático y adolescente, genera recelos y se empequeñece".
Y también su visión del futuro estado independiente, coincidente con la de los republicanos: "Para mí la República Catalana no es un objetivo en sí mismo: es la herramienta que nos ha de permitir ofrecer a la ciudadanía aquellas políticas y aquellos servicios que pide, y dotarnos de un Estado ético, justo, inclusivo y solidario".
Así como su rechazo a un planteamiento digamos nacionalista: "Si soy independentista, es porque me interpelan los grandes retos globales, desde el cambio climático hasta la justicia social, pasando por el respeto a los derechos y las libertades en el sentido más amplio de los términos".
Atentado informático contra la república
Informa ACN que el Consell per la República, desde el 16 de abril, "ha recibido 38.640 ataques informáticos contra su campaña de objeción fiscal antimonárquica", de los cuales 38.310 fueron la última semana.
Estos ataques, que fueron bloqueados por sus servicios informáticos, proceden en su mayoría de Badalona, "en la proximidad de la oficina local de la Agencia Tributaria española".
El 80% de ellos no están al alcance de cualquiera, ya que "sólo los pueden llevar a cabo informáticos altamente cualificados y profesionalizados", pero no han conseguido bloquear la web ni acceder a los datos personales de los que ya "han decidido objetar y hacer un donativo al Fondo Republicano de Acción Solidaria".
Al menos, han conseguido que se hable un poco de la susodicha campaña.