Jordi Évole estrenaba su nuevo programa en La Sexta con una entrevista a Oriol Junqueras, líder de ERC, en la cárcel de Lledoners. Para su grabación se jugó con las luces para hacer que una de las estancias más agradables de la cárcel se convirtiera en una habitación sombría, pese a contar con luz natural.
En esta estancia, de más de 20 metros cuadrados, se reciben las visitas más íntimas, de familiares y especialmente de los hijos. En la entrevista de Évole, los ladrillos de la pared tornan a un color marrón, pese a ser de color azulado, como los de todo el interior de la cárcel, según se puede comprobar en la entrevista realizada por TV3 a Jordi Turull. La misma sala está provista de un ventanal por el que atraviesan los rayos del Sol de forma natural.
Otra de las diferencias entre ambas entrevistas se encuentra en los dibujos de los niños, colgados en la paredes de la estancia. Con Junqueras apenas se pueden distinguir, más allá de un cartel que advierte de la prohibición de fumar. Tampoco se perciben las cajoneras con lápices de colores y papeles para colorear, junto a diversos juegos infantiles que se encuentran a la espalda de Évole.
En TV3, Turull explicaba que todos estos accesorios servían para poder hacer más agradable la visita de los hijos de los presos, que tan solo disponen de unas tres horas al mes para ver a sus padres. La estancia dispone de dos mesas, una colorida para los pequeños y semejantes a las de guarderías públicas, con sus sillas. "Es un espacio más animado para hacer un entorno más favorable a los hijos", explicó Turull tan solo una semana antes de la emisión de la entrevista a Junqueras.