El Liberal - Política

García Albiol: "Colau cometió un error cuando pidió una moción de censura contra mí. Es consciente y se ha callado"

El alcalde de Badalona espera que Ciudadanos "tome conciencia" y se sume a una coalición que permita hacer frente al independentismo en las próximas elecciones autonómicas

  • Xavier García Albiol, alcalde de Badalona.

Xavier García Albiol llegó a la Alcaldía de Badalona el pasado 12 de mayo. Lo hizo a pesar de que todo el mundo daba por hecho que sería la cupaire Dolors Sabater la que ocupara el cargo pactando con el PSC. Sin embargo, el acuerdo se rompió en el último momento y el líder del PP badalonés logró levantar el bastón de mando de la cuarta ciudad catalana, tras perder el Gobierno municipal en 2015. Casi un mes después de aquella sesión plenaria, García Albiol se encuentra inmerso en la búsqueda de soluciones a los problemas generados en la ciudad por la pandemia del COVID-19. Pero también en las que ayuden a solventar cuestiones que vienen de lejos y que, en su opinión, se han agravado en los cinco últimos años, bajo los gobiernos de Sabater y Álex Pastor.  

Lleva casi un mes al frente de la Alcaldía de Badalona. ¿Qué se ha encontrado? 

Me he encontrado un Ayuntamiento que administrativamente está en una situación muy difícil porque hay una parálisis generalizada en lo que se refiere a la tramitación administrativa propia de un Consistorio.  Y es debido a la falta de liderazgo de los últimos años. También me he encontrado una ciudad bastante abandonada. Una ciudad donde esa falta de liderazgo ha acabado provocando una inercia negativa que ha ido llevando a que Badalona pierda el impulso que tenía hace unos años. Esto se está viendo en la falta de cuidado en aspectos tan importantes como pueden ser la limpieza, el mantenimiento de la vía pública, temas de seguridad y, por supuesto, en la proyección de Badalona más allá de nuestras fronteras. 

Hay problemas que resultan incomprensibles en una ciudad del tamaño de Badalona. Le pongo como ejemplo el que, cada vez que llueve con cierta intensidad, se producen inundaciones en las calles y vertidos sobre el mar. 

Sí, son problemas que están relacionados con el medio ambiente. Cuando hay un temporal de lluvia, todos los residuos acaban llegando al mar. Es porque en nuestra ciudad no hay suficientes depósitos de aguas pluviales. Solo hay uno y lo construí precisamente yo cuando era alcalde. Esto evidencia que la ciudad ha estado dejada de la mano de Dios durante los últimos cinco años. Y quien ha pagado las consecuencias han sido los vecinos, que han visto cómo perdían calidad de vida. 

¿Le ha sorprendido algo positivamente en su retorno al Gobierno de Badalona? 

Desde el punto de vista de la gestión de la ciudad, no. Pero sí me he encontrado con que una parte importante de los trabajadores municipales tienen muchas ganas de hacer cosas después de años de parálisis y desmoralización. Y, lo más importante, me he encontrado mucha esperanza e ilusión por parte de los vecinos. Es algo que va más allá de cuestiones ideológicas o de siglas políticas. Eso ha sido para mí lo más importante. Estar a la altura de esas expectativas e  ilusiones. 

Xavier García Albiol en su despacho del Ayuntamiento de Badalona.

Usted ha iniciado su mandato con un duro aviso a los okupas. ¿Es realmente un gran problema en Badalona? 

Es un problema muy serio en zonas muy concretas de la ciudad en las que los vecinos, además, lo están pasando mal desde un punto de vista de convivencia, incivismo, convivencia. No es un problema generalizado en toda la ciudad pero sí que es una situación crítica en algunas zonas, como el barrio de la Salut, la zona alta de Llefià, Sant Crist, Sant Roq o Artigues.  

¿Hay en Badalona un problema real de inseguridad o está magnificado? 

Badalona no es una ciudad que, en términos generales, tenga muchos más problemas de inseguridad que otras ciudades parecidas a la nuestra, de nuestro entorno. Lo que sí es cierto es que hay algunas zonas concretas en las que la inseguridad es muy alta. Hay zonas en las que a los vecinos les da miedo salir a la calle. Y esto, para mí, es un drama. Estamos empezando a tomar medidas. Se empieza a ver más presencia de Guardia Urbana en la calle y, cuando acabe el verano, estaremos en unas muy buenas condiciones para tener un modelo policial muy bien planteado para las necesidades de una ciudad como la nuestra.

Si los partidos de la oposición han aprendido algo estas semanas es que no pueden vivir instalados en el no contra Albiol sin ningún proyecto.

 

¿Teme una moción de censura, como ha pedido Ada Colau?  

No. Yo creo que Colau cometió un error. Es consciente y se ha callado, que es lo que tenía que haber hecho desde el principio. A partir de aquí, si los partidos de la oposición han aprendido algo estas últimas semanas es que no pueden vivir instalados en el no contra Albiol sin ningún tipo de proyecto. Las consecuencias de esto las han pagado los vecinos de Badalona. Desde un punto de vista electoral, además, no les ha aportado tampoco ningún beneficio a estos partidos. Creo que han tomado conciencia y estoy seguro de que no volverán a apostar por crear inestabilidad en el Ayuntamiento de Badalona. 

Lo cierto es que el día en el que usted tomó posesión del cargo como alcalde, todas las críticas giraron en torno al tema del supuesto racismo. No se habló en ningún momento de gestión.  

Sí, es algo que me sorprende. Aquellos que se otorgan la capacidad de hablar en nombre de los vecinos que peor lo pasan son aquellos que después, en esas zonas, tienen menos apoyo electoral. Nos tildan de políticas racistas pero lo que acaba ocurriendo de verdad es que recibo un apoyo muy mayoritario de los vecinos que viven en esas zonas. Incluido el de una parte muy importante de hombres y mujeres que han nacido en otros países y que son inmigrantes. El discurso cae por si solo. 

Los dirigentes independentistas están instalados en la fantasía. Lo mejor que podrían hacer es aterrizar.

 
Ahora que la pandemia del COVID-19 parece que empieza a estar controlada, ¿cuáles han sido sus efectos en Badalona? 

Ha afectado de una manera importante. Somos la cuarta ciudad más grande de Cataluña y, solo por el número de habitantes, ha afectado de forma importante. Hemos estado a la altura de las circunstancias, sí, sobre todo los servicios sanitarios, el Hospital Muncipal de Badalona y el Hospital de Can Ruti. Pero ahora tenemos que estar a la altura para apoyar a quienes peor lo están pasando porque han sido víctimas del coronavirus desde un punto de vista social o laboral. Por esto, a partir de la semana que viene presentaremos un paquete de medidas sociales y económicas para estas personas que peor lo están pasando. Serán medidas que irán directamente a esa parte de la población más afectada. 

Xavier García Albiol.

Parece que vamos a entrar en breve en la última prórroga del estado de alarma. ¿Cree que, a nivel nacional, se podrían haber hecho las cosas mejor por parte de todos? 

Hemos de ser sinceros. Hemos estado ante una situación excepcional que no habíamos vivido nunca. Por lo tanto, algunos errores son lógicos. Pero lo que no parece que tenga mucho sentido es la falta de reacción por parte del Gobierno de España cuando empezaron a aparecer los primeros datos de lo que significaba de verdad esta pandemia. Y, sobre todo, esa falta de reacción que estuvo motivada por un interés político e ideológico. Eso descalifica a cualquier gobierno. Más allá de las dificultades de hacer frente a una situación inédita, tampoco me parecen aceptables los cambios de criterio por parte del Gobierno. Son cambios que han ido generando mucha inseguridad jurídica, inseguridad económica e inseguridad social. Son aspectos que ponen en evidencia que, frente a la situación más difícil que ha vivido España, hemos tenido al Gobierno peor preparado. 

El mundo ha estallado en protestas por el asesinato de George Floyd en EEUU. Sin embargo, en Cataluña esas protestas tienen un matiz llamativo. El independentismo no ha dudado en equipararse a la comunidad afroamericana estos días. ¿Cómo observa este fenómeno? 

No es la primera vez que lo hacen. El propio Carles Puigdemont se comparó con Martin Luther King. Son cosas que ponen en evidencia la fantasía en la que están instalados los dirigentes independentistas en Cataluña. Lo mejor que podrían hacer es aterrizar y dedicarse a resolver los problemas de Cataluña, que no son pocos y dejarse de fantasías y utopías. Por suerte, cada día tienen menos apoyo. 

¿Le queda recorrido al 'procés' o cree que ya podemos hablar de esto en pasado? 

Desde un punto de vista político, creo que está bastante amortizado. Pero también es cierto que hay una base social que sigue creyendo en el independentismo. Entre todos hemos de hacer un esfuerzo para que no vuelvan a repetirse situaciones de confrontación como las que hemos vivido en el pasado. Y también para lograr que esa masa social sea cada día un poquito menos importante y que entiendan que, más allá de las diferencias, lo mejor para Cataluña es seguir formando parte de un proyecto que se llama España.

España, lo que significa el Estado, tiene que volver a tener presencia en Cataluña.

 
 
¿Cómo cree usted que se puede lograr reducir esa base social o hacerles cambiar de opinión? 

Necesariamente tiene que pasar porque España, lo que significa el Estado, vuelva a tener presencia en Cataluña. No me refiero solo al punto de vista administrativo. Debe hacerse desde el punto de vista mediático, cultural, social, deportivo... Hace falta volver a traer el significado de lo que es España como proyecto a Cataluña. Me parece que es una misión muy importante. Lamentablemente, creo que Pedro Sánchez no está muy por la labor, sino todo lo contrario.  
 
El Estado ha dejado de estar presente en Cataluña desde hace años, no es algo que haya sucedido ahora. 

El proceso de descentralización ha acabado teniendo unas consecuencias negativas en Cataluña. La primera es la desaparición del Estado como tal. El Estado como un proyecto dentro del propio Estado. 

Parece que es imposible que las formaciones constitucionalistas catalanas se unan para hacer un frente común al independentismo.  

Creo que lo más inteligente que podríamos hacer quienes nos sentimos catalanes y españoles es ser capaces de presentar un proyecto compartido en estas elecciones autonómicas. Si bien es cierto que es difícil poder contar con el PSC, creo que Ciudadanos y PP estamos obligados a entendernos. Si es así, puede generar unas expectativas y unas ilusiones muy importantes que, incluso, pueden ser seductoras para una parte de votantes del propio PSC.  

Ciudadanos ahora mismo está apoyando al Gobierno del PSOE en algunos temas relacionados con la crisis del COVID-19. 

Ciudadanos ha de entender que lo que menos acepta un votante es que un partido dé bandazos ideológicos y políticos. Y creo que con esto de intentar poner una vela a Dios y otra al diablo se están equivocando. Pueden llegar a la intrascendencia total y absoluta. Deben entender que no es esa la dirección y que han de hacer una apuesta muy clara para que en  las próximas elecciones  en Cataluña sean capaces de unirse al PP y presentar un proyecto que sea atractivo y seduzca a una parte importante de los votantes constitucionalistas. 
 
Pero esto parece que Ciudadanos ya lo ha rechazado. 

Yo desearía que, una vez se vuelvan a reencontrar los partidos en relación a los planteamientos de las próximas elecciones autonómicas, Ciudadanos tome conciencia de esta situación. Si no, ni Ciudadanos va a lograr el resultado que cree que va a lograr, ni seremos capaces de generar un proyecto que ilusione al votante constitucionalista.  
 
¿Qué opina de la guerra abierta que hay ahora mismo entre ERC y JxCat? 

Creo que tanto ERC como JxCat han demostrado estas semanas que su prioridad no es atajar una crisis sanitaria, económica y social. Su prioridad es establecer estrategias para desacreditar a su rival independentista. Están clavados en esa dinámica y eso pone sobre la mesa que estamos frente a unas personas y unos partidos que son incapaces de poder gobernar Cataluña con unas mínimas garantías de responsabilidad y seriedad. Es preocupante. 

Lo más inteligente que podemos hacer quienes nos sentimos catalanes y españoles es presenta un proyecto compartido en las elecciones autonómicas.

 
Tampoco es que esa actitud les genere muchas críticas por parte de sus votantes. Valga como ejemplo el desastre de las residencias de ancianos con el COVID-19 y cómo no se ha escuchado ni el más mínimo reproche.  

Yo no tengo ninguna esperanza en que los partidos independentistas cambien de criterio. Sin embargo, sí la tengo en que una parte de esos votantes entiendan que esas personas, más allá de compartir un sentimiento, no están capacitadas para gobernar con garantías. Por eso yo apuesto más por una reflexión de la sociedad que no de los partidos políticos. 
 
Para acabar, ¿le ha llamado Gabriel Rufián para entrevistarle de nuevo en su programa en Youtube ahora que ya es alcalde? 

No, la verdad es que no (risas). He de decir que en la entrevista que me hizo fue muy amable, estuvo muy atento. Fue un planteamiento muy singular, pero yo encantado de ir al programa de Rufián o de cualquier otro candidato que me invite a debatir de manera civilizada.  
 

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