Quim Torra ha plantado a la gran patronal catalana en su gala anual. El presidente de la Generalitat ha enviado en su lugar al vicepresidente de la Generalitat, Pere Aragonés, para recibir a la ministra de Economía, Nadia Calviño, en la gala donde se premia a Luca de Meo, presidente de Seat, como el mejor del año.
Torra ha acusado al Gobierno de no querer respetar el orden protocolario y exigía pasar por delante de Calviño. Es la misma estrategia utilizada por Artur Mas en 2013, en pleno desafío separatista de CiU. Hace seis años, el ahora expresidente de la Generalitat no quería ser relegado por Soraya Sáenz de Santamaría, vicepresidenta del Gobierno, en el acto de entrega de medallas de honor de Foment.
Calviño, como entonces Santamaría, ha recibido el encargo de sustituir al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y por tanto tendría el privilegio de abrir la gala, tal y como establece el protocolo. Torra, por su parte, ha considerado que tiene un mayor rango al ser Calviño ministra. La Generalitat ha apuntado este extremo, mientras que Foment se ha negado a saltarse el protocolo, pese a la insistencia del Ejecutivo autonómico.
Puig da su sí al pacto del PSOE con Unidas Podemos
La decisión de Torra se ha adoptado a última hora y ha tenido que venir Aragonés, el único interlocutor de la Generalitat con La Moncloa, para recibir también a Margarita Robles, ministra de Defensa, y María Jesús Montero, ministra de Hacienda.
A excepción de Torra, también han aparecido los consejeros de Empresa, Carme Chacón; de Trabajo, Chakir El Homrani, y el Territorio, Damià Calvet. Los dos últimos junto con Aragonés, han arropado esta mañana a Torra antes de entrar en el juicio.
También ha asistido la delegada del Gobierno, Teresa Cunillera; y el presidente de la Generalitat valenciana, Ximo Puig, quien se ha reunido con Miquel Iceta esta tarde para valorar el pacto del PSOE con Unidas Podemos. Según fuentes en el interior de la cena, Puig ha dado su respaldo al acuerdo.
