Cuando aún no se contempla la luz al final del túnel de la pandemia del COVID-19, muchas son ya las voces que reclaman al Gobierno central y a la Generalitat que abran las escuelas para, al menos, facilitar, por un lado, que los niños puedan dejar la anómala situación del confinamiento y, por otro, que los padres puedan trabajar sin tener que hacer frente a una conciliación muchas veces casi imposible. Unas de las últimas en exigir la apertura de los centros educativos ha sido la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, que lo ha hecho este miércoles, justo el mismo día que se ha dado a conocer que la capital catalana y su área metropolitana seguirán en la fase 0 de la desescalada durante, al menos, una semana más.
Colau ha utilizado su cuenta de Twitter para plantear esta exigencia y lo ha hecho apelando a la "igualdad de oportunidades" y a la "salud emocional de los niños". Pero ha apoyado también su petición en la conciliación y porque la educación reglada es "un servicio esencial". Todo ello después de casi dos meses de un llamativo silencio, roto en escasas ocasiones, como cuando agradeció al Ejército su ayuda o con motivo de la polémica por la suspensión del llamado concierto de los balcones.
Per garantir igualtat d’oportunitats. Per la salut emocional dels infants. Per conciliació. Perquè és un servei essencial, cal obrir les escoles ja!
Molt bon article de @RogerPala: https://t.co/r1SkfnTckg— Ada Colau ??? (@AdaColau) May 13, 2020
La reclamación de la alcaldesa coincide en el tiempo con las recomendaciones elaboradas por la Asociación Española de Pediatría (AEP) relativas al retorno a las escuelas y a petición del Gobierno central. La AEP tiene claro que el sistema de enseñanza telemática implantado durante el confinamiento no será "sostenible a largo plazo". Sobre todo teniendo en cuenta que los adultos tienen que "volver a sus actividades profesionales rutinarias".
El peligro está en las guarderías
Los pediatras españoles consideran que la apertura de los centros escolares "debe instaurarse lo antes posible para evitar el gran impacto que ya ha ocasionado". Sin embargo, este regreso a las aulas debe ser "gradual" pues, al riesgo del virus en sí, suman que la suspensión "brusca" de la "experiencia vital asociada al modelo educacional" podría tener "impacto en la salud psicosocial de los menores". Así, desde la AEP proponen que los últimos en incorporarse a las clases sean los alumnos de las guarderías, de 0 a 3 años, dada la casi imposibilidad de evitar el contacto entre ellos y con los profesores. Ofrecen diferentes alternativas para el cuidado en casa de los niños pero, entendiendo que no siempre será posible, los pediatras piden que las guarderías abran sus puertas con un máximo de cinco niños por clase y con un solo cuidador en el aula.
En lo que a la educación primaria se refiere, la AEP plantea la posibilidad de flexibilizar los horarios de entrada y salida y combinar las clases presenciales con las no presenciales. Para los más pequeños, de entre 3 y 5 años, propone las mismas medidas que en el caso de las guarderías, mientras que para el resto apunta que en las aulas no deberían trabajar más de 15 niños. Además, deberá realizarse un fuerte control sobre las medidas de distanciamiento social y de higiene.
El riesgo de contagio en secundaria es, según la AEP, más bajo que en las guarderías o en primaria, pero los pediatras recomiendan alternar clases presenciales con otras online y el desplazamiento de profesores a los domicilios para impartir la formación a pequeños grupos de alumnos.