De las 1.054 residencias de ancianos existentes en Cataluña, 103 registran aún un elevado número de ancianos víctimas del COVID-19. Son establecimientos que han sido clasificados por la Consejería de Salud dentro del nivel rojo, como residencias "que tienen un elevado número de usuarios contagiados y aún no tienen finalizado el plan de sectorización y otras medidas recomendadas". En el nivel verde se encuentran 472 residencias, en las que no se han detectado contagios y se han garantizado los circuitos de aislamiento y la sectorización de los espacios "para hacer las visitas seguras o readmitir usuarios". Salud ha establecido un tercer nivel, el naranja, en el que se encuentran 392 residencias con algunos pacientes de COVID-19 todavía pero con las medidas ya establecidas.
Esta clasificación por niveles forma parte del nuevo plan con el que la consejería dirigida por la republicana Alba Vergés pretende solventar los trágicos problemas creados por la pandemia en este tipo de establecimientos. Un plan presentado este viernes y que también recoge cómo volverán estos establecimientos a la normalidad en aspectos como, por ejemplo, las visitas de familiares. En este sentido, se han fijado cuatro fases, que van de la 0 a la III y que abarcan desde la priorización de las visitas "de acompañamiento y apoyo al final de la vida" hasta las de familiares en zonas exteriores del centro.
Garantías y seguridad
La consejera ha asegurado que se trata de medidas "necesarias", acordadas con el sector y que tienen como finalidad "poder avanzar con garantías y seguridad". "Es nuestro deber", ha añadido Vergés justo un día después de que el Parlament haya dado luz verde a la creación de una comisión que investigue por qué el COVID-19 ha arrasado las residencias para mayores catalanas. Vergés ha recordado que la posibilidad de que los ancianos reciban visitas "es clave" porque "la gestión emocional es importante".
Salud, por otro lado, ha elaborado diferentes recomendaciones relativas a la aceptación de nuevos ingresos por parte de estos establecimientos. Medidas que también deberán aplicarse a los más de 700 ancianos que, al inicio de la pandemia, decidieron pasar el confinamiento en sus hogares o con sus familiares y que ahora desean regresar al centro residencial en el que se encontraban.
Así las cosas, solo podrán aceptar estos ingresos las residencias que se encuentren en el nivel verde, sin ningún caso de COVID-19 activo. Los pacientes deberán presentar pruebas PCR negativas y, además, deberán pasar una fase de aislamiento inicial en habitaciones individuales.