En menos de dos semanas comenzará la campaña de recogida de cerezas en Lleida, que dará el pistoletazo de salida al resto de fruta dulce -de hueso (albaricoques, nectarinas y paraguayos), peras y manzanas-. Las buenas condiciones climáticas hacen prever una buena cosecha que precisará de 30.000 temporeros, tal y como aseguran desde Unió de Pagesos. La crisis generada por el Covid-19 ha producido también un cambio de tendencia: la mano de obra necesaria para esta campaña será prácticamente catalana, en su mayoría de la corona de Barcelona. Jaume Pedrós, responsable de temporeros de Unió de Pagesos, asegura que, hasta la fecha, se han apuntado 4.800 catalanes (estudiantes, parados, etc.), con o sin experiencia, para recoger la fruta durante esta campaña.
Dada la coyuntura actual, marcada por el aumento de ERTES y desempleados, en muchos hogares catalanes se implicará toda la familia, como sucedía años atrás, según Pedrós. “La campaña comienza con 200 o 300 temporeros y el pico de mano de obra se da a finales de junio, julio y algo de agosto. En septiembre comienza la vendimia y, buena parte de ellos, se desplazan hacia la zona del Penedès. Después regresan en octubre para recoger la manzana”, afirma.
Se prevé una buena cosecha que precisará de 30.000 temporeros, tal y como aseguran desde Unió de Pagesos. Hasta la fecha, se han apuntado 4.800 catalanes (estudiantes, parados, etc.), con o sin experiencia, para recoger la fruta durante esta campaña.
Más de 2.000 plazas de alojamiento
La declaración de Estado de alarma, debido al Covid-19, ha provocado un cambio de tendencia en el perfil de temporeros que, hasta ahora, recogía la fruta en Lleida. Este año, el cierre de fronteras impedirá la llegada de 800 colombianos, entre 5.000 o 6.000 personas de países del Este (difíciles de cuantificar porque algunos tienen residencia aquí y otros no) y un gran número de marroquíes. Buena parte de los 4.800 aspirantes apuntados suelen vivir fuera de Lleida, por lo que se necesitarán 2.000 plazas de alojamiento en hoteles y casas rurales leridanas, según calculan en Unió de Pagesos. Una cuestión peliaguda, dado el cierre decretado para el sector de la hostería y la restauración desde hace más de dos semanas. Aun así, Pedrós reconoce que están negociando con la Generalitat para facilitar el alojamiento necesario a los temporeros mientras dure el confinamiento.