El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha admitido que las posturas del Estado y de la Generalitat en cuanto a la celebración de un referéndum de independencia en Cataluña o a la amnistía de los condenados por el 1-O están "muy alejadas". Sánchez, sin embargo, ha reconocido que se hablará de ambas cuestiones en la mesa de negociación acordada entre PSOE y ERC al afirmar que "una democracia es fuerte cuando es capaz de dialogar" y que "no hay que tener miedo a hablar de nada".
Tras la reunión celebrada con el presidente Quim Torra en el Palau de la Generalitat, Sánchez se ha presentado como "firme defensor" del "autogobierno de Cataluña", mostrando así su rechazo a lo que defiende el separatismo. No obstante, ha reconocido que ambas cuestiones, independencia y amnistía, están sobre la mesa y que tendrán como consecuencia que el diálogo entre el Gobierno y el Govern sea "largo y complejo". "Es un camino que hay que hacer paso a paso", ha añadido.
España como mediadora
Sobre quiénes participarán en la mesa de negociación, el presidente no ha desvelado ningún nombre y se ha remitido a lo que acuerden los dos gobiernos al respecto. La mesa, eso sí, se formará antes de que acabe este mes y no contará con la figura del mediador planteada por JxCat: "Los mediadores serán los 47 millones de ciudadanos que van a ser testigos de lo que se negocie".
El presidente del Gobierno ha hecho especial hincapié en la necesidad de establecer un diálogo con el Govern de la Generalitat. Diálogo que debe retomarse "en el punto en el que los agravios comenzaron a acumularse". Por ello, ha mostrado su intención de entrar en la "senda de la política" y dejar atrás "la judicialización del conflicto". Eso sí, ha subrayado que esto se llevará a cabo "dentro de la ley" porque, ha añadido, esta "es la condición" y el diálogo "es el camino".