El eslogan con el que el independentismo quiso dar a conocer su proceso unilateral de ruptura con el Estado, “la revolución de las sonrisas”, está más en entredicho que nunca. Si la fractura social originada por el procés ya lo puso en tela de juicio, la estocada final se la ha dado conocer que la violencia política desatada desde entonces ha sido cometida en su mayoría por independentistas. Así lo revela un informe elaborado por el Observatorio Cívico de la Violencia Política en Cataluña, creado por las asociaciones Impulso Ciudadano y Movimiento contra la Intolerancia, que recopila los incidentes relacionados con la violencia política y el odio ideológico cometidos en Cataluña, en este caso, de julio a diciembre de 2019.
El estudio destaca que el 96,22% de los incidentes violentos acontecidos en el segundo semestre de 2019 han sido provocados por partidarios de la secesión de Cataluña, lo que constituye un ligero aumento con respecto al semestre anterior (91,53%), mientras que los sucesos ocasionados por personas o grupos constitucionalistas solo representan el 2,05% del total.
Más incidentes debido a la “Semana extrema”
Asimismo, el Observatorio constata un “enorme incremento de los incidentes relacionados con el nacionalismo agresivo”. Y es que, a los episodios de microviolencia ocurridos durante la primera mitad del año —y que se recogieron en un informe precedente— se le han añadido en esta ocasión los protagonizados por las guerrillas urbanas tras la sentencia del procés, que los autores del informe denominan como la “Semana Extrema” y que ocasionó cientos de heridos y grandes daños materiales. Esto explica que en la segunda mitad del 2019 se contabilizaron 977 incidentes de violencia política, cinco veces más que en la primera —en la que se dieron 187—.
Una violencia alimentada por la instituciones nacionalistas
Esta violencia, según los autores del informe, no es una mera “reacción esporádica”, sino que ha sido alimentada durante décadas por un “discurso de odio” hacia todo lo español alentado por las instituciones gobernadas por las formaciones nacionalistas. Éstas, además, se han servido de la “desinformación” para apuntalar dicho discurso. En este sentido, el dosier critica con especial dureza que un informe elaborado por la Oficina de Derechos Civiles y Políticos de la Generalitat, que no solo reducía a 53 los incidentes vinculados a la intolerancia política, sino que atribuía el principal peligro para la convivencia en Cataluña a la presencia de “grupos españolistas”. El presente informe desmiente este punto, calificando el activismo de dichos grupos de “residual”.
El PSC, el partido más atacado
Otro de los asuntos que aborda el Observatorio es la violencia sufrida por los partidos políticos. El más afectado —ya sea a través de escraches, pintadas o lanzamiento de excrementos— ha sido el PSC, con 33 incidentes. Por su parte, Ciudadanos, con 25 incidentes, es la formación que ha sufrido el mayor número de agresiones físicas a sus militantes. En cuanto a PP y ERC, han sido atacados en 13 ocasiones. En este último caso, la particularidad es que 12 de éstos ataques fueron realizados por otros partidarios de la secesión que reprochaban a los republicanos su pusilanimidad en la lucha por la independencia. Por su parte, Vox ha sido agredido 5 veces y los comunes y la CUP, dos veces cada uno. De estas cifras se extrae que los partidos constitucionalistas ha sufrido 78 ataques y los secesionistas, 22.
Por último, el estudio muestra que las áreas más castigadas por la violencia política han sido la ciudad de Barcelona —333 actos que representan el 34,09% del total— y su área metropolitana —141 actos equivalentes al 14,43%—. Por su parte, en la provincia de Girona han tenido lugar 109 actos (11,16%). Según aclara el Observatorio Cívico de la violencia política, “la ciudad de Barcelona registra un porcentaje de violencia muy superior al que correspondería por su población, debido esencialmente a la concentración de sedes institucionales que fueron objeto de numerosos ataques durante la Semana Extrema”.