El despliegue ha sido total. Todas las unidades de las Fuerzas Armadas dedicadas a la lucha contra amenazas nucleares, biológicas y químicas han intervenido en Valencia para poner a prueba sus capacidades, simulando su respuesta ante una amenaza real de estas características. La magnitud del ejercicio ha obligado a contar con la colaboración de entidades locales: 400 militares han ensayado su respuesta ante un ataque terrorista o cualquier incidente de estas características.
La pandemia del coronavirus ha llevado a las Fuerzas Armadas a reforzar sus capacidades NRBQ, cuyas siglas corresponden a las amenazas nuclear, radiológico, biológico y químico. Se trata de unidades altamente especializadas, con protocolos muy estrictos para evitar cualquier tipo de contaminación ante una de estas amenazas.
Pero, ¿es posible que en España se produzca algún episodio? Los 400 efectivos desplegados en el ejercicio han trabajado con dos hipótesis principales: que se genere algún incidente en la manipulación de este material almacenado en depósitos legales -como determinadas infraestructuras o laboratorios-, y la agresión de algún grupo terrorista que, de forma subrepticia, se haya hecho con elementos nocivos para causar el máximo daño posible.
Pero además estas unidades tienen proyección en el exterior; o lo que es lo mismo, participan en las diferentes misiones en las que participan las Fuerzas Armadas en el extranjero. Eso supone que su adiestramiento no sólo está relacionado con su desempeño en territorio nacional, también más allá de nuestras fronteras.
La actividad de los militares
La duración de las maniobras, conocidas con el nombre de Ejercicio Grifo, revelan la magnitud del despliegue: durante 12 días, los militares procedentes del Ejército de Tierra, del Aire y de la Armada, con una participación simbólica de efectivos italianos y alemanes, y coordinados por el Regimiento de Defensa Nuclear, Biológica y Química Valencia nº1, se han desplegado en diferentes puntos de la Comunidad Valenciana para poner sus capacidades "al límite".
"Durante el «Grifo» 23, se han realizado misiones de reconocimiento especializado y toma de muestras de agentes NBQ en ambientes con amenaza terrorista, riesgo explosivo y de lo convencional a accidentes con emisión de tóxicos industriales químicos", indican desde la revista Tierra, editada de forma oficial por este Ejército.
Se han llevado a cabo seis ejercicios, correspondientes a las amenazas químicas, radiológicas y biológicas, un reto de "gran complejidad técnica"
Los militares han participado en ejercicios que han tenido lugar en instalaciones civiles como la Feria de Muestras de Valencia, el Circuito de Velocidad Ricardo Tormo y el Complejo Educativo, en Cheste (Valencia), o la empresa Acrilatos, de Onda (Castellón).
En total se han llevado a cabo seis ejercicios, correspondientes a las amenazas químicas, radiológicas y biológicas, un reto de "gran complejidad técnica": "Los ejercicios NBQ pretendían cubrir todo el espectro de actuación, desde el apoyo táctico a unidades de combate hasta el apoyo técnico a autoridades civiles", indica a esta revista el teniente coronel Alcántara, del Ejército de Tierra, uno de los encargados de gestionar el ejercicio.
Para su desarrollo se han desplegado 64 vehículos ligeros, 32 camiones de diferentes tipos, 2 ambulancias y 12 vehículos civiles, además de una Sección de Caballería y otra de Artillería Antiaérea. Un ejercicio en el que, además de medir la capacidad de respuesta de los efectivos y ensayar los protocolos establecidos, se han reforzado los sistemas de comunicación con diversos centros científicos, como el Instituto Tecnológico La Marañosa o el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial.
Con estos ejercicios, las Fuerzas Armadas exprimen la interoperabilidad de las diferentes unidades dedicadas a la lucha contra amenazas NRBQ. Un modo de pulir sus capacidades y de que, en caso de que se produzca algún episodio de estas características, la respuesta sea lo más coordinada posible. Aunque el escenario parezca lejano, la pandemia del coronavirus -con el consecuente despliegue militar por toda España- han llevado a los mandos militares a potenciar su respuesta ante casos nucleares, radiológicos, biológicos y químicos.