El ' cara a cara' entre Alfredo Pérez-Rubalcaba y Mariano Rajoy se va a celebrar pero con bastantes limitaciones, según ha podido saber Vozpópuli. El formato que parecen haber cerrado los equipos de ambos candidatos es el de un único debate y en territorio neutral. Este preacuerdo deja fuera tanto a Televisión Española, por veto de los populares, como a Telecinco y Antena3, que preferían éstos últimos.
Todo apunta a que será de nuevo la Academia de Televisión la que se encargue de la organización del debate para que lo emitan las cadenas que lo consideren conveniente. Pero a diferencia de hace cuatro años, en que hubo 'partido' de ida y de vuelta, el primero 'arbitrado' por Manuel Campo Vidal y, el segundo, por Olga Viza, ahora todo va a quedar limitado a un sólo "cara a cara".
Rubalcaba necesita perentoriamente el debate para intentar movilizar a unas huestes desmotivadas, mientras que Rajoy, al que todos los sondeos dan como ganador, ha comprometido su palabra en público y privado sobre su disponibilidad a prestarse a confrontar programas con su principal adversario electoral. Cabe recordar que el candidato popular siempre se arrepintió de no haber debatido con José Luis Rodríguez Zapatero en la campaña de las generales de 2004. Entonces también los sondeos le daban como ganador, por lo que prefirió no arriesgar dando bazas al candidato socialista.
Cuatro años más tarde, en 2008, siguiendo el modelo de las democracias de nuestro entorno, se organizaron, no sin dificultades, dos debates. Esta vez parece que todo quedará reducido a un sólo encuentro, lo que no deja de tener sus riesgos puesto que, el que lo pierda, no tendrá posibilidad de revancha.
Los debates con Rajoy son, junto a la Conferencia Política que celebraron los socialistas hace quince días, piedras angulares de la estrategia de Rubalcaba en esta campaña, convencido de poder doblarle el pulso, al menos dialéctico, al candidato de los populares. Por ello, se han encargado estas semanas de sembrar dudas sobre la intención real del PP.
No es nuevo que Pedro Arriola, como gran gurú de la planta séptima de Génova, haya apostado siempre por campañas planas, que si bien no llevan al entusiasmo tampoco restan votos, y en ese modelo encajan malamente los 'cara a cara' televisivos.