La jugada de ACS en el concurso de las torres de control le ha salido mal a Florentino Pérez, que no sólo se ha quedado sin el premio final (los consorcios de Ferrovial y Acciona terminaron por alzarse con las concesiones para las primeras trece torres de control) sino también sin apoyo para los próximos procesos.

Austro Control ya manifestó a ACS su desagrado por el hecho de que el grupo español presentara dos ofertas: una, a través de su antigua filial Clece (en la que iba como socio la empresa austriaca); y otra, con el paraguas de Etracontrol, unidad de Cobra, la cabecera de ingeniería de ACS, que fue en alianza con la irlandesa Irish Aviation Authority (IAA).

En este sentido, la compañía austriaca se mostró molesta por el hecho de que esta estrategia podría perjudicar claramente sus intereses ya que sería difícil que los dos consorcios pasaran las primeras cribas al tener en común al socio principal, con el consiguiente perjuicio para el que formara parte de la oferta que fuera descartada en un primer momento.

Finalmente, fueron los consorcios encabezados por Ferrovial (Ferronats) y Acciona (Saerco) los que se adjudicaron la gestión de las primeras trece torres de control que se ponían en juego, dentro del proceso de privatización del sector de control aéreo que el Ministerio de Fomento está llevando a cabo.

Austro Control decidió entonces que no volvería a intentar concurrir en un proceso de este tipo, al menos de la mano de ACS.

De este modo, ahora Zenit Air Traffic Control es propiedad 100% de la compañía presidida por Florentino Pérez, que deberá elaborar una nueva estrategia para tratar de tener más suerte en una próxima oportunidad.