Según ha explicado Jorge Quiroga Vila, especialista de la Unidad de Hepatología e investigador principal del ensayo clínico, las causas fundamentales que provocan la cirrosis son el consumo excesivo de alcohol, los virus B y C de la hepatitis y algunas enfermedades metabólicas. Esta enfermedad, ha agregado, produce complicaciones derivadas de la insuficiencia hepática y de la hipertensión portal, "es decir, el aumento de la presión de la sangre en el sistema venoso del hígado". Con los años "termina convirtiéndose en una cirrosis terminal, que aboca al trasplante de hígado, si éste es posible. Por ello resulta imprescindible la investigación de nuevos tratamientos, en este caso, la terapia celular".
El tratamiento, "totalmente novedoso" según ha destacado, consiste en "obtener células de la médula ósea del paciente y cultivarlas durante una semana en el laboratorio para que evolucionen hasta convertirse en precursoras de células endoteliales". "Cuando han llegado a esa fase, se inyectan directamente hacia el hígado a través de la arteria hepática", ha dicho. La células obtenidas, ha continuado el investigador, "permanecen en el hígado, donde liberan sustancias hepatoprotectoras, es decir beneficiosas para la función hepática, tal y como se ha demostrado en estudios experimentales previos".
En cuanto a los resultados previstos, el investigador ha reconocido que puede tratarse de un avance parcial frente a la cirrosis. "Es un paso para comprobar si este terapia logra una mejoría transitoria" y "si su aplicación consigue revertir la enfermedad a un estado, por ejemplo, de seis meses o un año atrás, podría repetirse cada cierto periodo, siempre que sea bien tolerado", ha afirmado. Además, ha valorado, "puede ser un paso importante para ir perfeccionando la posible terapia celular de las enfermedades del hígado".