Además, la Comisión da seis meses a Bélgica para presentar un plan de reestructuración del banco, en el que se deberá "garantizar la vuelta a la viabilidad a largo plazo de las entidades que continúen su actividad de negocio", según se indica en un comunicado. La CE también estudiará ese plan para ver si todas las partes involucradas soportan una "carga adecuada" de los costes de la reestructuración y si hay medidas suficientes para compensar posibles distorsiones de la competencia.
El Ejecutivo europeo ha recordado en su nota que Dexia ya se benefició de "un apoyo estatal significativo" de Francia, Bélgica y Luxemburgo entre 2008 y 2009, cuando los tres países decidieron recapitalizar la entidad para evitar su quiebra y procedieron a una primera reestructuración que permitió mejorar la estabilidad del banco y reducir activos no estratégicos. "Pero la aplicación del plan también se encontró con retrasos y los desequilibrios de liquidez han crecido desde el pasado verano", ha explicado Bruselas.
La CE ha recordado que la compra por parte de Bélgica del negocio del banco en el país -donde es la segunda mayor entidad- será analizada dentro del paquete de rescate pactado por el país con Francia y Luxemburgo, que también debe ser estudiado por la UE. Los gobiernos de los tres países acordaron este mes dividir Dexia en tres y crear un "banco malo" para aislar los activos tóxicos que originaron las dudas sobre su situación.
Además de nacionalizar la rama belga de la entidad, Bélgica dará una garantía de 54.000 millones de euros para la entidad residual que concentrará los activos problemáticos, a la que Francia respaldará con 32.850 millones y Luxemburgo con 3.150 millones.