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En el PP no hay unanimidad sobre el efecto electoral que el anuncio de ETA puede tener ante la cita del 20-N, pero no creen que ello deba forzar a un cambio de guión de la campaña. Aunque los hay quien entienden que movilizará parte del voto indeciso a favor de Alfredo Pérez Rubalcaba, otros, y muy fundamentalmente desde las filas populares en el País Vasco, recuerdan que el terrorismo etarra ocupa un puesto muy bajo entre las preocupaciones actuales de los ciudadanos, posición que reforzaría la decisión anunciada por la banda asesina
Es por ello que fuentes próximas a Rajoy aseguran a Vozpópuli que no creen que tengan que cambiar ni en lo sustancial ni en lo accesorio el guión de su campaña electoral, centrada en dos de los aspectos que sí encabezan todos los listados de preocupaciones ciudadanas: el desempleo y la situación económica. De hecho, Mariano Rajoy acudió a Tarragona tan solo un día después del anuncio de ETA, para pronunciar una conferencia en la X Jornada Empresarial Gresol donde habló de eso, de medidas económicas, de reformas estructurales y de la necesaria recuperación de confianza en el país.
En cambio sí se vio obligado a referirse a esta cuestión el sábado, desde Cerdanyola del Vallès (Barcelona), quizá en parte para contrarrestar las lágrimas que el candidato socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, dejó ver ese mismo día en un acto en el País Vasco. Reiteró el líder el PP que el anuncio etarra "es una buena noticia" además de una victoria de la sociedad española que sólo será completa ,"cuando ETA se disuelva irreversiblemente". "Es el momento de estar serenos, de tener grandeza y de plantear un futuro que pasa por la unión de todos los españoles y por el triunfo del Estado de derecho, como ayer, hoy y en el futuro", dijo para pasar de nuevo a hablar de economía.
El fin de semana el interés de Rajoy estuvo centrado en la reunión del Consejo Europeo del domingo. Sin embargo, es difícil que el asunto ETA no entre en la agenda de la reunión del comité de dirección de hoy lunes, donde el “núcleo duro” popular analiza la situación política y económica, así como la estrategia de la semana. De ese órgano forma parte el portavoz del PP en el Parlamento Europeo y ex ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, aunque tiene previsto estar en E$strasburgo.
Mayor Oreja sigue acuñando su tesis sobre una actuación coordinada entre el PSOE y ETA, que desprecian profundamente los dirigentes del PP vasco con Antonio Basagoiti a la cabeza, interlocutor con Rajoy en todo lo que afecta a esta cuestión. Ya el pasado jueves, fuentes próximas al líder popular fueron muy elocuentes cuando señalaron que “está (la de Rajoy) es la línea oficial. Quien piense otra cosa que presente una enmienda en el Congreso”. También justifican las voces discordantes bajo el argumento de que "hay distintas sensibilidades”, recordando que Mayor Oreja no hace más que insistir en sus teorías de siempre. Lo cierto es que la dirección nacional no hace ademán por acallar a los ‘disidentes’.
Discreto traspaso de poder
En todo caso, si algo creen que debe transmitirse sobre la situación abierta a raíz del anuncio de ETA es que Rajoy, y no Alfredo Pérez Rubalcaba, es el que mejor puede administrar el proceso que heredará quien se haga con la presidencia del Gobierno. “Rajoy nos garantiza mejor que no se saltará los límites que marcan el Estado de Derecho y la Constitución” para gestionar el fin definitivo de la banda terrorista en capítulos como puede ser el futuro de los presos etarras. En todo caso, tal y como acordaron Zapatero y Rajoy el pasado jueves, existe el compromiso de gestionar ese proceso conjuntamente, manteniendo la unidad en política antiterrorista de la legislatura que ahora toca su fin.
No ha habido conversaciones entre Rajoy y Rubalcaba. El candidato popular mantiene, en cambio, una más que fluida comunicación con José Luis Rodríguez Zapatero en lo que podría considerarse un discreto traspaso de poder. Por otro lado, son el ministro del Interior, Antonio Camacho, y el responsable de Justicia e Interior del PP, Federico Trillo, los que mantienen abierta la otra línea de comunicación.