Después de firmar un contrato poco antes del verano para suministrar trenes a la compañía de ferrocarriles de Rusia, por valor de 100 millones de euros, la empresa controlada por la familia Oriol sigue la ruta de las antiguas repúblicas de la Unión Soviética con parada en Azerbaiyán.
Los responsables del proyecto del Camino de la Seda han valorado el sistema de cambio automático de ancho de vía desarrollado por Talgo, único en el mundo, y necesario para el trayecto, cuya construcción está completada en un 60%.
Los expertos señalan que el ancho de vía vigente en las repúblicas que componían la antigua URSS es diferente del que se emplea en la mayoría de los países de la Europa continental (una de las excepciones es España), por lo que las autoridades de los países implicados en el proyecto decidieron iniciar conversaciones con Talgo para salvar esta dificultad.
En total, está previsto que el proyecto del Camino de la Seda, cuyas obras finalizarán a finales del próximo ejercicio, suponga una inversión próxima a los 500 millones de euros. Actualmente, Talgo está en conversaciones con las autoridades ferroviarias azerbaiyanas por lo que no ha trascendido la posible cuantía del contrato.
El trayecto discurre a los largo de 105 kilómetros y está previsto que circulen 1,5 millones de pasajeros y algo más de 15 millones de toneladas de mercancías al año durante los primeros ejercicios de funcionamiento.
Además de Rusia, Talgo está presente en otras dos repúblicas ex soviéticas: Kazajistán y Uzbekistán. En Rusia logró un contrato para el suministro de siete trenes, tres de ellos para la ruta Moscú-Berlín y cuatro para el recorrido Moscú-Kiev.