Si hay una curva que no para de crecer desde el estallido de la crisis esa es la tasa de morosidad. En agosto, última estadística publicada por el Banco de España, los créditos morosos del sistema financiero español se sitúaban ya en el 7,15% del total prestado a las familias y empresas españolas. Este ratio no superaba el 7% desde enero de 1995, cuando se situó en el 7,039%. La bolsa de préstamos de difícil cobro está valorada en 127.737 millones de euros. "La morosidad seguirá creciendo hasta que no se logren rebajar los actuales niveles de desempleo", asegura María Dolores Dancausa, consejera delegada de Bankinter.
En privado, la banca reconoce que la morosidad puede lograr el doble dígito a lo largo de 2012. Para ello, se debe conjugar un incremento de los créditos dudosos hasta el umbral de los 150.000 millones, motivado por la entrada en mora de los subestándar, aquellos préstamos en corriente de pago pero con posibilidad de dejar de hacerlo. Las entidades están constatando que, de media, estos últimos pasan ser morosos en un 40%, durante los últimos nueve meses. Además, se debe registrar una contracción de los préstamos hasta los 1,5 billones (actualmente, en los 1,7 billones), desapalancamiento que se ha venido registrando de forma ininterrumpida desde diciembre pasado.
Para Ignacio Cantos, de Atlas Capital, no sería extraño que la morosidad terminara el año por encima del 8%.Y este nuevo ascenso, añade Cantos, no sólo se debe a la crisis y a la menor actividad económica sino también a las dificultades que tiene la gente para acceder al crédito, sobre todo las pymes y autónomos, lo que ahoga sus negocios y les hace incurrir en impagos.
"Ese 10% de mora vendrá auspiciado no tanto por las familias, sino por el sector promotor, cuyo nivel de impagos tiene todavía margen de crecimiento hasta que la economía real no entre en una verdadera fase de crecimiento", razonan desde una entidad.
El sector reconoce que se ha hecho un importante esfuerzo de refinanciación a las familias, a lo largo de este 2011, para frenar la sangría de impagos que se generó en los primeros meses del pasado año. José García Cantera, CEO de Banesto, aportaba un dato, durante la presentación de resultados del tercer trimestre, que corroboraba esta teoría. Del 53% de entradas en mora de las familias en los nueve primeros meses de 2010, Banesto apenas ha contabilizado un 4,7%, en el mismo periodo de 2011.
"El gran empacho de los bancos y cajas está en el ladrillo", aseveran desde una consultora. Según los datos del supervisor, la morosidad en el sector inmobiliario ha subido en el segundo trimestre de 2011 en más de dos puntos porcentuales hasta el 17,8% (54.900 millones) del total de créditos concedidos a estas actividades. Además, tal y como ha venido ocurriendo desde el inicio de la crisis, el porcentaje con el que han cerrado junio representa el nivel de mora más elevado que recogen las estadísticas del supervisor, que recoge datos desagregados por sectores desde 2000 y, por tanto, no refleja la evolución de la crisis de inmobiliarios los noventa.
La Caja de Ahorros del Mediterráneo es un claro ejemplo de esta foto. La CAM yiene algo más de la mitad (50,7 por ciento) de los 12.677 millones de euros en créditos a promotores en situación de impago a junio de 2011, según el último informe de auditoría de KPMG remitido a la CNMV. Si se suman los préstamos subestándar, el volumen de morosidad alcanza el 61,3 por ciento (7.771 millones de euros).
Además, su tasa de morosidad se sitúa en el 19,5 % sobre un cartera crediticia total de 49.577 millones de euros. En el entorno del 17% se mueve ya la tasa del sector financiero español si se agrupan los créditos morosos, aquellos con tres meses de impago, junto a los subestándar.