Esta mañana, todavía había numerosos libios desfilando delante del cadáver de Gadafi, con signos evidentes de descomposición. De hecho, los combatientes que vigilaban su cuerpo y el de Mutassim, muertos ambos jueves en Sirte durante la toma de la ciudad, habían colocado plásticos debajo de sus cuerpos ya que han comenzado a salir fluidos de los mismos.
Ante la apertura constante de la puerta para permitir el flujo incesante de curiosos, la cámara frigorífica en la que estaban los cuerpos, dentro de una tienda de carne, no ha podido evitar la rápida descomposición de los mismos, por lo que los visitantes debían portar máscaras quirúrgicas para combatir el olor.
Evitar un lugar de peregrinación gadafista
El deseo del CNT era enterrar al dictador en un lugar secreto para evitar que se convierta en un lugar de peregrinación para los gadafistas, pero las autoridades de Misrata, ciudad particularmente asediada por Gadafi, no querían que se le entierre en su territorio.
La tribu a la que pertenecía Gadafi, que reside principalmente en la ciudad natal de éste, Sirte, pidió que le entreguen el cuerpo para poder enterrarle. El propio Gadafi había pedido en su última voluntad ser enterrado allí.