La Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA) ha asegurado que sus dos entidades adheridas (Bankia y CaixaBank), que deberán hacer frente al nuevo plan de recapitalización aprobado por la Unión Europea, cumplirán con las nuevas exigencias de capital sin recurrir a fondos públicos, pero ha advertido que puede "inducir a varios riesgos".
En un comunicado, la patronal de las cajas, que considera que el impacto en las dos entidades "es muy reducido y supone un 6,7% (1.742 millones de euros) del total previsto para el sistema financiero español, señala que "es necesario un marco regulatorio estable para que el crédito vuelva a fluir a la economía real".
Así, la patronal de las cajas estima que la decisión de considerar un nuevo cálculo de las necesidades de capital de las entidades europeas a partir de variaciones en el valor de la deuda soberana, podría "dañar la credibilidad de las cuentas públicas y generar tensiones en la prima de riesgo".
Además, afirma que la imposición de mayores exigencias de capital se acabará traduciendo en una restricción de flujo de crédito, "especialmente para familias y pequeñas y medianas empresas, y puede retrasar la recuperación de la economía española".
De esta manera, subraya que, en un entorno de tanta incertidumbre como el actual, estos continuos cambios del marco regulatorio "generan desconcierto e inseguridad entre los inversores y perjudican la capacidad de actuación de las entidades financieras".
Así, recuerda que las cajas de ahorros han llevado a cabo ya un proceso de reestructuración que ya incluía un objetivo de incremento de capital, "y cuyo tramo final necesita un marco regulatorio estable, que permita a las entidades una adecuada planificación de su actividad financiera, de forma que el crédito pueda llegar con fluidez a la economía real".