España

Madoff dice que se siente más seguro en prisión

Bernard Madoff, que estafó más de 65.000 millones de dólares (46.000 millones de euros) mediante una pirámide de inversión financiera ficticia, ha confesado que sabe que morirá en prisión pero en todo caso se siente más "seguro" dentro, y ha admitido que "puede vivir" con el odio que sienten por él las personas a las que estafó.

Bernard Madoff, que estafó más de 65.000 millones de dólares (46.000 millones de euros) mediante una pirámide de inversión financiera ficticia, ha confesado que sabe que morirá en prisión pero en todo caso se siente más "seguro" dentro, y ha admitido que "puede vivir" con el odio que sienten por él las personas a las que estafó.

En una entrevista concedida a la cadena estadounidense ABC, Madoff, de 73 años y condenado a 150 años de cárcel en 2009 tras ser detenido en diciembre de 2008, ha admitido que se merecía "ser castigado" por lo que hizo. "Me siento más seguro aquí que fuera", ha señalado, mostrando su alivio porque se descubriera su estafa tras años de temores.

"Sé que moriré en prisión. He vivido los últimos 20 años de mi vida en el miedo, ahora no tengo miedo, nada en lo que pensar porque ya no tengo el control de mi propia vida", ha explicado a la reportera Barbara Walters en su entrevista, de la que no hay imágenes puesto que no se permite grabar las entrevistas que se le hacen en la prisión de Carolina del Norte en la que está recluido.

Por otra parte, ha dicho que entiende "por qué mis clientes me odian" y que "puede vivir con ello". "La gente piensa que robé a viudas y huérfanos" pero en realidad "hice que los ricos fueran más ricos", se defiende, asegurando que ya no tiene los pensamientos suicidas que antes tenía. De hecho, su esposa, Ruth Madoff, ha confesado a la CBS que ambos pensaron en suicidarse poco después de que se descubriera el fraude.

En este sentido, Madoff ha reconocido que lo más difícil es "no ver a mi familia y saber que me odian". "Les he traicionado", ha añadido, subrayando que aún más duro es que su mujer, desde el suicidio de su hijo Mark en diciembre de 2010, no le haya llamado ni haya ido a visitarle.

Según ha relatado, su mujer le hizo una última visita en la que le pidió que "la dejara partir, algo que entendí". "El no comunicarme con Ruth es lo más duro", ha insistido, asegurando que su mujer no le odia. "No tiene a nadie, no es justo para ella, perdió a su hijo", ha añadido.

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