El escritor catalán Carlos Ruiz Zafón publica El prisionero del cielo (Planeta), una novela protagonizada por Daniel Sempere y su amigo Fermín, lo héroes del superventas La sombra del viento, que el autor ha considerado "mucho más luminosa" que las anteriores, y que además, desvela muchas de las claves pendientes.
Para Zafón, se ha cumplido el ecuador de la saga del Cementerio de los Libros Olvidados, por lo que ahora las piezas del rompecabezas "empiezan a encajar" y la acción se precipita hacia adelante, explicando el por qué de muchos de los misterios de la anterior novela, El juego del ángel, bastante más críptica y oscura.
Esta vez la historia se sitúa en la Barcelona de 1957, tan sólo un año después del final de La sombra del viento, y arranca con las penurias económicas de la librería Sempere e Hijos, que sobrevive a duras penas en los años oscuros de la posguerra.
La trama se desencadena cuando Daniel recibe la visita de un extraño personaje, manco y cojo, que le compra una cara edición de El conde de Montecristo y le pide que se lo entregue a su amigo Fermín con una extraña dedicatoria, abriendo en el protagonista las ganas de saber.
"Daniel ha crecido, antes era más ingenuo, pero empieza a descubrir la sombra del odio y del rencor, la necesidad de saber lo que sucedió", ha comentado el escritor, que también ha reservado un peso especial al villano principal, Mauricio Valls, un personaje con muchas capas que encarna lo peor del régimen franquista.
La novela, igual que las anteriores, está cuajada de referencias literarias, con guiños a Cuento de Navidad de Charles Dickens y a Los Miserables, de Víctor Hugo, y ese homenaje a la literatura que subyace en todas sus historias es lo que hace que Zafón se muestre reacio a las adaptaciones al cine.
"Estaría mal transformarlas en otra cosa para hacerlas más populares", ha confesado, y ha añadido que la mejor película es "la que el lector ve en el teatro de su mente", por lo que ha descartado totalmente una eventual versión cinematográfica ni de éste ni de ninguno de sus libros anteriores.
Zafón se ha atrevido a avanzar que el gran final de la saga llegará "en dos o tres años", un último libro en el que volverá al Cementerio de los Libros Olvidados, recuperará algunos personajes que a priori se pensaba que no iban a volver y llegará a la esencia del monstruoso Valls: "Todas las historias van a converger", ha remarcado.
El escritor no tiene prisa por publicar el punto final, y dice que sus editores ya se han acostumbrado, así que mientras tanto sigue con su método: "Eso de sentarse a esperar si viene la inspiración a mi nunca me ha funcionado. Lo que hay que hacer es sentarse a trabajar", ha afirmado rotundo.
También ha confesado que le gusta componer música al piano mientras escribe --a los 20 años se planteó ser músico-- y que su portentosa imaginación bebe, en parte, del trabajo de su padre, agente de seguros, pues cuando era pequeño le acompañaba por toda Barcelona para cobrar, lo que le permitía descubrir los entresijos que se cuecen en todas las casas.
Zafón ha presentado la novela en la Capella dels Àngels de Barcelona, convertido en toda una estrella mediática, rodeado de una imponente escenografía y con decenas de periodistas, editores y libreros llegados de todo el mundo.
El prisionero del cielo sale con un millón de ejemplares a la venta en España y América Latina a partir de este jueves, y a lo largo de 2012 se irá editando en el resto de países, alrededor de una cincuentena.