La falta a fecha de hoy de un acuerdo presupuestario en Estados Unidos, unido a la ya consabida negativa del Banco Central Europeo de comprar de manera programada y masiva deuda soberana periférica, provocaron en el día de ayer una fuerte pérdida en los mercados bursátiles internacionales y en los principales mercados de materias primas del mundo.
Tras el acuerdo alcanzado en EE.UU este verano para incrementar su techo de gasto público evitando así un proceso de suspensión de pagos, se decidió crear un comité integrado por seis senadores y seis congresistas, dividido a partes iguales entre demócratas y republicanos. Este supercomité debe encontrar antes del 23 de noviembre cómo reducir el déficit público en 1,5 billones de dólares para los siguientes 10 años (una cifra equivalente al 140% del PIB español), incluyendo tanto recortes de gastos como subidas de impuestos.
Si el supercomité no llega al menos a un acuerdo de recortes por valor de 1,2 billones en un horizonte de 10 años, o si el pleno del Congreso no ratifica esa cantidad, entonces se activarían recortes automáticos del gasto que se iniciarían a principios de enero de 2013. Los recortes serían a partes iguales entre defensa y gastos discrecionales no militares incluidos los gastos sanitarios.
Una situación que parece anunciar el fin de la fiesta militarista de EE UU por todo el mundo. La realidad es tozuda y aflora continuamente un hecho: el país que preside Barack Obama no puede pagar su rol de gran vigilante del mundo, supervisor del orden mundial.
¿El PIB de 2012?
Pero hay todavía más. En 2012 habrá que ver qué ocurre con las medidas de estímulo fiscal que expiran al otro lado del Atlántico. Las dos más importantes son la reducción del 2% de las contribuciones de los trabajadores a la Seguridad Social, y las prestaciones por desempleo de emergencia. Juntos, estos programas han elevado la renta disponible de los hogares por alrededor de 150.000 millones este año. Si vencen en la fecha prevista, el crecimiento del consumo privado en 21012 se verá seriamente afectado.
Teniendo en cuenta las dificultades que el Congreso ya está teniendo con la tarea de reducir los 1,2 billones de dólares, parece prácticamente imposible la extensión de estas exenciones fiscales. Ello podría detraer alrededor de un 2% del crecimiento del PIB para el año que viene, tal como prevé JP Morgan.
Los chinos ya han avisado
Si al final no hay acuerdo presupuestario, China, su gran financiador, les recortaría el grifo lo que, indirectamente, beneficiaría a la UE. De momento, la principal agencia de rating china, Dagong Global Credit Rating, ya advirtió que “podría rebajar la calificación de la deuda soberana de Estados Unidos de A+ a A, debido al fracaso de Washington para abordar el déficit del presupuesto federal”.
Se trata de una señal muy importante que facilitaría que China reorientara sus flujos de inversión y los canalizara hacia la Eurozona. De esta manera, se podría ver beneficiado el vehículo que se baraja alrededor del fondo de estabilidad europeo (FEEF) para recapitalizar la banca europea y apuntalar la deuda soberana periférica, y cuyos detalles deberían fijarse a finales de mes. Por lo tanto, los próximos dos días no sólo son relevantes para Estados Unidos, sino también para la zona Euro.