Dicen sus allegados que Rubalcaba pasó sus horas más amargas, políticamente hablando, el pasado domingo por la noche. El candidato empezó a temer lo peor a mediodía cuando le filtraron algunos sondeos privados hechos a pie de urna. Comió a solas con Elena Valenciano, su directora de campaña, y con Antonio Hernando, un joven diputado de su equipo electoral. El menú: entremeses, tortilla francesa, fruta y un poleo. Ya entonces comenzó a mascar su amarga derrota, pero no pudo compartir su desasosiego con Zapatero hasta media tarde ya que el presidente pasó la mayor parte del día en La Moncloa.
Fue al anochecer cuando fueron llegando a la cuarta planta de Ferraz algunos ministros, entre ellos Elena Salgado, Ángel Gabilondo y Valeriano Gómez. Todos presagiaron lo que estaba por llegar antes del cierre de los colegios electorales. Horas después se confirmaban sus augurios y el PSOE cavaba un nuevo suelo electoral, más profundo aun que el de 1977. Y todo ello con un político como cabeza de cartel que hasta entonces había sido considerado un icono de la inteligencia, de la habilidad, de la estrategia y de la comunicación política...
Cuando se conoció el volumen del descalabro y Rubalcaba aceptó asumir en solitario su responsabilidad, comenzó en Ferraz una especie de liturgia destinada a disimular la catástrofe. Unos invitados cantaban la Internacional, otros descorchaban con el gesto cansino una botella de champán, mientras la mayoría mataba el gusanillo a base de bocadillos y tortilla de patatas.
Se acabó el catering y la sede del PSOE se fue vaciando de invitados, de dirigentes del partido y de ministros. Zapatero se escurrió por el parking logrando eludir las cámaras de los fotógrafos y hacia la una y media de la madrugada, cuando todo parecía un solar, apareció por el hall Elena Salgado. Ella, junto al jefe de Gabinete de Zapatero, José Enrique Serrano, fue la última en abandonar el barco de Ferraz en esta noche tan aciaga para el PSOE. Y eso que la vicepresidenta económica en funciones siempre ha presumido de no militar en el partido…