España

'Caso Urdangarín': La Reina se hace presente, el Rey no sabe, no contesta

A este paso, Iñaki Urdangarín va a convertir su apartamento de Washington en un centro de peregrinación para los monárquicos más excéntricos, vistos los usos tan bohemios que últimamente se estilan en la Familia Real.

A este paso, Iñaki Urdangarín va a convertir su apartamento de Washington en un centro de peregrinación para los monárquicos más excéntricos, vistos los usos tan bohemios que últimamente se estilan en la Familia Real. Desde que estalló el caso Palma Arena, una madeja de presunta corrupción que ha envuelto al ex presidente balear Jaume Matas y a 30 imputados más, han cruzado el charco para consolar al yerno del Rey no solo sus hermanas sino también la mismísima doña Sofía, la última viajera en reportar a Zarzuela noticias frescas sobre el estado físico y mental del antiguo deportista metido a negociante.

Esta semana, vemos muy sonriente a la Reina, acompañada de Urdangarín y la Infanta Cristina, los tres en pose jovial para la portada de Hola. Nada que ver con el rostro acongojado que mostraba el yernísimo hace una semana en la misma publicación, antes de que se conocieran datos fiables sobre su próxima imputación en un caso tan feo. Esta falta de sincronía entre la gravedad de lo conocido y la respuesta visual invita a sospechar que doña Sofía ha tomado ya partido por el marido de la Infanta mientras que don Juan Carlos, todavía con el ojo violeta, no sabe no contesta. Mal asunto para los encargados de comunicación de la Casa Real si en algún momento se plantean la conveniencia de proyectar una cierta coherencia para frenar el creciente descrédito de la institución. De momento, solo han dado el paso de filtrar la posibilidad de arrebatar a doña Cristina los derechos dinásticos y con ellos la dote que recibe anualmente de los presupuestos, cada vez más opacos, que ingresa del erario público la propia Familia Real.

Si se confirma que la Reina y el Rey van cada uno a su aire también en este affaire, la bola de nieve engordará cuando, por ejemplo, Telefónica tenga que decidir si prescinde o no de los servicios internacionales de Urdangarín a la vista de las dificultades que encontraría cualquier multinacional que cotice en el Dow Jones para mantener en nómina a un perseguido de la Justicia.

Sí, asunto feo donde los haya que va a tener un difícil encaje también en el tradicional discurso televisado del Rey en Nochebuena. ¿Hablará de austeridad? ¿Asomará la necesidad de combatir la corrupción? ¿Qué dirá de las colas del paro…? El morbo ha empezado a circular como la pólvora en los círculos políticos y financieros, donde se alimentan rumores de todos los calibres y colores. La reina ya ha hablado y se ha hecho presente a los españoles a través de Hola, pero ¿por qué registro nos saldrá esta vez el monarca delante del árbol navideño?
 

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