Las imágenes vividas este lunes en el Congreso recordaban a las de aquel 20 de noviembre de 1989 en el que los proetarras Josu Muguruza, Jon Idígoras e Iñaqui Esnaola acudieron a recoger sus acreditaciones como diputados en nombre de Herri Batasuna. Esa misma noche, varios pistoleros descargaron sus armas contra ellos en el restaurante Basque, del hotel Alcalá. Del atentado solo salieron con vida Esnaola, que resultó malherido, e Idígoras, que pisó el hemiciclo en el pleno de investidura de Felipe González y después no volvió a la Cámara Baja.
Han transcurrido desde entonces más de dos décadas de actividad terrorista y el tono del discurso ensayado ayer por los diez parlamentarios de Amaiur, siete diputados y tres senadores, estuvo condicionado por el cese, tal vez definitivo, de la violencia. Le pidieron a Mariano Rajoy “coraje” y “altura de miras”, con la esperanza de que hoy el PP no ponga trabas en la Mesa del Congreso para que la coalición abertzale pueda tener grupo propio. Este logro le dará voz autónoma en cada debate parlamentario en el que quiera intervenir.
A través de diferentes estratagemas puede conseguirlo y ayer fuentes parlamentarias lo daban por hecho. Gracias a ello, tendrán una asignación anual de 17.192 euros por cada parlamentario electo, a los que se añadirán los siguientes emolumentos mensuales para cada diputado y senador: 2.813 euros de asignación constitucional y 1.823 en concepto de “indemnización” para que afronten los gastos de alojamiento y manutención. A estos ingresos, que se actualizarán según la inflación, se les sumarán 3.000 euros anuales para gastos de taxi, o,25 euros por kilómetro recorrido en automóvil privado y billetes gratis de avión, tren o barco. Aparte se computarán las dietas devengadas por desplazamientos oficiales más el gasto para asistentes. Podrán tener media docena de ayudantes. En total, los ingresos que percibirán en su conjunto del erario público como parlamentarios rondará el millón de euros anual.
Lo curioso es que los parlamentarios de Amaiur, que acatarán hoy la Constitución por “imperativo legal”, han advertido este lunes que no vendrán al Congreso de manera habitual. Sólo se desplazarán a la Carrera de San Jerónimo para debates puntuales que afecten de forma directa al País Vasco. Este trabajo a tiempo parcial no influirá en sus percepciones.
El grupo más sensible al aterrizaje de Amaiur en el Parlamento es el Partido Nacionalista Vasco. Con sus cinco diputados, uno menos que en la anterior legislatura, puede decirse que está cercado por su derecha y por su izquierda. El PP acaba de nombrar como portavoz en el Congreso al ex alcalde de Vitoria Alfonso Alonso Aranegui, conocedor como pocos de la política vasca.
