Alfredo Pérez Rubalcaba no ha desvelado todavía si presentará su candidatura para dirigir el Partido Socialista. Pero los nombramientos que está haciendo han dejado ya clara a ojos de los dirigentes del PSOE el calendario y su estrategia. Rubalcaba pretende llevar al partido hasta 2015, usando los tres próximos años para acometer una profunda renovación del aparato y para nombrar en ese momento a un cabeza de cartel que concurra a las elecciones generales de 2016.
“La estrategia es conocida por los más veteranos en el partido que se han comenzado a alinear con Chacón conscientes de que la renovación generacional les dejaría fuera”, aseguran fuentes socialistas.
El calendario y organigrama “Rubalcaba”
Si Rubalcaba se impone a Chacón en el congreso socialista del próximo mes, su calendario tiene dos fases claras: la de la reordenación y la de su paso atrás, aseguran fuentes cercanas al candidato. En la primera fase, nombraría una ejecutiva con un perfil más joven y renovado (que deja fuera a prácticamente todos los dirigentes del gobierno Zapatero, alineados ahora con Chacón). En la segunda, se buscaría un cabeza de cartel que “en ningún caso será Rubalcaba”, aseguran sus colaboradores.
La estructura de poder que ha diseñado es una organización en círculos concéntricos que parte de una idea: “Rubalcaba es plenamente consciente de que necesita un equipo mayoritariamente joven y que no haya tenido responsabilidades de primera línea”, aseguran sus colaboradores más cercanos.
Para ello, en el núcleo de esa estructura estaría Elena Valenciano (51), de formación felipista (fue parte del equipo de Borrell y Blanco) y que servirá de enlace con las distintas familias de poder socialista así como con los contactos internacionales del partido. Valenciano suma otro tanto a su favor: es mujer, una baza política que el nuevo equipo quiere jugar. En el segundo círculo de poder se ubican Antonio Hernando (44), Óscar López (38) y Pedro Sánchez (39). Los dos primeros encargados de la coordinación con las federaciones regionales y el tercero como coordinador del área económica del partido, uno de los ejes de la nueva legislatura. Por último, en un tercer anillo está la estructura que personaliza el relevo generacional: Sergio Gutiérrez (31), Secretario General de Juventudes Socialistas y Laura Seara (36), ex secretaria de Estado de Igualdad y cabeza de lista por Oviedo. Junto a ellos, María González (32), encargada de innovación, Susana Díaz, Secretaria de Organización del PSOE de Andalucía y Ángeles Álvarez (50), en la actualidad Secretaria de Acción Electoral de la Ejecutiva Regional del PSM-PSOE, una de las pocas federaciones en las que su líder, Tomás Gómez, ha insinuado un apoyo claro a Chacón.
Hasta tal punto parece clara la decisión de Rubalcaba de seguir en la carrera por la dirección del partido que ya ha designado a tres enlaces con los que coordinar sus políticas con el poder sindical, el poder territorial del partido y su poder parlamentario.
-- El contacto con los sindicatos lo mantendrá Valeriano Gómez. Ex ministro de Trabajo y todavía afiliado a la UGT, Gómez está ya en contacto con los agentes sociales de cara a la reforma del mercado laboral que el PP plantea.
-- La relación con el poder territorial del PSOE queda en manos de uno de los barones, Patxi López. Pese a las especulaciones en torno a su pulso a Rubalcaba, el líder de los socialistas vascos será uno de los hombres fundamentales en la relación de la nueva estructura de poder con las diferentes oposiciones territoriales. Al menos hasta 2015, nadie cuestiona su lealtad a Rubalcaba.
-- Por último, el enlace con el poder parlamentario queda en manos de Eduardo Madina. Él será el encargado de trasladar a la cámara el trabajo de toda esta estructura de poder y de escuchar a los equipos de trabajo.
Los colaboradores de Rubalcaba siguen cerrando ese calendario y estructura de manera callada y consideran que el paso que Chacón y la plataforma de muchopsoeporhacer.com es un “paso en falso” que ha alienado a los partidarios de Zapatero fruto –concluyen—de las “ansias de poder” que mantienen quienes han sido parte de la estructura anterior y podrían caer ahora en un proceso de renovación interna.