España

Alejandro Cao, diplomático español de Corea del Norte: “Somos una democracia”

No se detiene desde hace varios días. La prensa española y extranjera contacta con él sin cesar y Alejandro Cao de Benós siempre se muestra disponible. El diplomático del Gobierno de Corea del Norte, de 37 años, es el único especialista del tema que hablará de Corea del Norte con palabras laudatorias. La excepción a la regla, de doble nacionalidad española y coreana, concedida por el propio “Querido Líder” en 2002.

No se detiene desde hace varios días. La prensa española y extranjera contacta con él sin cesar y Alejandro Cao de Benós siempre se muestra disponible. El diplomático del Gobierno de Corea del Norte, de 37 años, es el único especialista del tema que hablará de Corea del Norte con palabras laudatorias. La excepción a la regla, de doble nacionalidad española y coreana, concedida por el propio “Querido Líder” en 2002.

Aunque su trayectoria enlazó con Corea del Norte mucho antes. A los 16 años, en 1990, se apasiona por el comunismo en plena Perestroika. Y encuentra en Corea del Norte el modelo perfecto: “No sabía nada de este país. Un amigo me invitó a una exposición de fotos sobre Corea en Madrid y allí empezó”. Luego se pone en contacto con la delegación coreana de la Organización Mundial del Turismo, que le deja asombrado: “Me recibieron tan bien que, de poco interesado, me convertí en apasionado”. En los 90, crea una asociación cultural, multiplica las conferencias y los intercambios con Corea, acompaña a las delegaciones extranjeras en Pyongyang; tal era su devoción que el País de la mañana calma le nombra Delegado especial del “Querido Líder”, que falleció el pasado 17 de diciembre.

VozPópuli: ¿Cómo reaccionó al conocer la muerte de Kim Jong-il?
Alejandro Cao: Era un padre para todos los coreanos, por lo que su muerte nos ha causado la misma sensación que cuando muere tu padre. Son sentimientos reales, Kim Jong-il era el punto de unión de toda Corea, y su muerte era algo que no nos esperábamos. De hecho, me iba a encontrar con él el próximo 17 de febrero.

¿Qué opina de su sucesor, su hijo Kim Jong-un?
Es una persona similar a Kim Jong-Il, se formó durante mucho tiempo en el ejército. Está muy bien preparado, el único problema es que todavía es muy joven, pero está rodeado de mayores y tiene el ejército para aconsejarle.

¿Usted cree que continuará la apertura económica ambicionada por su padre? 
La apertura económica ya empezó en los 80. Se han inaugurado varias zonas francas, entre China y Corea del Norte y también en la frontera con Corea del Sur. Corea del Norte no ha tenido otra elección que negociar con empresas, ya que no existen otros regímenes comunistas similares. En 2012 se abrirán otras zonas económicas, por lo que supongo que Kim Jong-un seguirá exactamente la misma política.

Pero, a pesar de ese ‘liberalismo económico’, ¿usted no cree que el régimen coreano sea el más anticuado que existe hoy en el mundo?
¡No es nada anticuado, al contrario! Ya se puede ver ahora cómo el capitalismo se está muriendo. El sistema capitalista te da la ilusión de tener dinero, cuando es un dinero que no existe. Hoy más personas están interesadas por aprender y descubrir alternativas. Una persona como Santiago Carrillo, que dejó el PCE y se fue al PSOE llevándose muchos militantes no hizo más que matar al comunismo en España. Pero ahora veo que los jóvenes militantes del PCE nos apoyan totalmente: hasta las juventudes comunistas de Alicante nos dieron su bandera roja para ofrecerla a Kim Jong-Il. El PCE y el PCPE miran ahora hacia Corea del Norte con cierto orgullo. Muchos universitarios, economistas, autoridades de turismo o mayoristas nos contactan para descubrir o promocionar a Corea del Norte.

Entonces, ¿por qué Corea del Norte sigue siendo un país tan cerrado?
Corea ha sufrido cuarenta años de colonización, en los que los japoneses trataron a las coreanas como prostitutas. El país se liberó pero después sufrió una guerra terrible contra Estados Unidos. Consiguiendo su independencia con tanto sufrimiento, es normal que Corea del Norte se aferre a su soberanía y que se haya cerrado. Lo sé por haberlo vivido, es muy difícil conseguir la confianza de un coreano.

A pesar de su historia, ¿usted contempla la posibilidad de que Corea del Norte sea un día una democracia?
Corea del Norte ya es una democracia, ¡es indudable! Es el único país del mundo donde el pueblo tiene realmente el poder. Las tierras pertenecen a los paisanos, las empresas a los trabajadores. Los electores eligen cada cinco años a sus representantes para la Asamblea Popular, que cuenta con tres partidos. También existen la Comisión nacional de Defensa y el Comité popular supremo del Partido de los trabajadores. Al final, Kim Jong-un, nuestro gran líder, es más una figura ideológica que de poder. 

¿Pero es cierto que el poder real lo ejerce el líder?
La prensa está especulando sobre la supuesta “regencia” en Corea porque no entienden cómo Kim Jong-un puede tener el poder, ya que es tan joven. Pero de hecho será Kim Yong-nam, el presidente de la Asamblea popular, quien representará el pueblo coreano, debido a su veteranía.

¿Corea del Norte seguirá teniendo malas relaciones con Corea del Sur?
Eso depende de Corea del Sur. Hubo un proceso de paz, hasta la reunificación, que empezó en 2000. Me acuerdo que incluso había tres vuelos chárter al día entre ambos países, los hoteles de Pyongyang estaban rellenos, los estudiantes venían de un país al otro… Se trató de crear una confederación para que haya un país unificado con dos regímenes. En ese proceso, Estados Unidos se impuso y lo cortó todo. Y en 2008, los ultraconservadores nacionalistas ganaron en Corea del Sur, también hicieron todo para impedir el proceso. En 2012 habrá elecciones y se espera la derrota de los nacionalistas.

¿Y se puede imaginar usted que Corea del Norte abandonará la fuerza nuclear?
Sin los misiles nucleares, Corea del Norte hoy no existiría. Estados Unidos es nuestro enemigo y es la primera potencia militar mundial. Kim Jong-il logró convencer al pueblo de que sería inútil fomentar el desarrollo económico sin fuerza militar coactiva. ¡Y tuvo efecto! Después de las primeras pruebas nucleares, el presidente Clinton firmó un tratado de paz con Corea del Norte. No me imagino a ese país sin fuerza nuclear, ya que por desgracia, las armas garantizan la paz en nuestro mundo.

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