El exdirector de la Fundación Illesport Gonzalo Bernal admitió en su declaración ante el fiscal anticorrupción Pedro Horrach la existencia de irregularidades como acuerdos verbales, desfase de fechas y pagos realizados sin mediar contratos entre el Govern balear y Nóos Consultoría Estratégica.
Interrogado por Horrach en dos ocasiones en noviembre y diciembre pasado, Bernal explicó que el acuerdo de la Fundación Illesport con Nóos para que coordinara la oficina del equipo ciclista que patrocinó Baleares "era únicamente verbal", según figura en el sumario de la pieza separada del caso Palma Arena que investiga las actividades de Nóos.
La oficina del proyecto que debía evaluar el seguimiento en los medios de comunicación del equipo ciclista, encargada a Iñaki Urdangarin por el Govern balear, tenía un presupuesto de 300.000 euros.
Convenio de colaboración para evitar el concurso público
Otro ex alto cargo, el exgerente del Instituto Balear de Turismo (Ibatur) Juan Carlos Alía, explicó al fiscal que los acuerdos con Nóos se hicieron mediante convenio de colaboración porque el asesor jurídico del Govern comentó que era la fórmula que se podía llevar a cabo legalmente para evitar un concurso público.
Alía añade que no sospechó que nada fuera ilícito porque la contratación de Nóos fue una orden directa del director general de Deportes, José Luis "Pepote" Ballester, y porque además estaba presente Iñaki Urdangarin, "lo que le ofrecía garantías de que todo era legal".
Sobre el pago de tres facturas que la Fundación Illesport hizo a Nóos, por 174.000 euros en total, sin que hubiera un contrato, Bernal explica que la consultora estaba realizando un servicio y que tenía la orden de pagarlas por parte de Ballester.
“Un error de fechas”
Bernal detalla que recibió de Nóos una propuesta de la empresa Sofres TNS Intelligence para hacer ese seguimiento en los medios y que Ballester le ordenó pedir a Nóos otros dos presupuestos u ofertas para completar el expediente de contratación y "aparentar el cumplimento de los principios de publicidad y concurrencia" que debían regir las contrataciones.
Sin embargo, Bernal atribuye después a "un error de fechas" el hecho de que Illesport decidiera contratar el 12 de enero de 2004 a la empresa Sofres para hacer un seguimiento de la repercusión mediática del equipo ciclista, cuando los presupuestos de otras empresas que optaban al mismo servicio, Virtual Strategy y Aizoon SL, no llegaron hasta varios días después, el 13 y el 16 de enero.
Reconoce que le "extrañó" que fuera Juan Pablo Molinero, del Instituto Nóos, quien le envió las tres propuestas.
Según él, tampoco hubo trámites administrativos para los convenios de colaboración entre el Govern balear y Nóos para celebrar dos foros sobre turismo y deporte en Palma en 2005 y 2006.
Bernal admite además que él redactaba las actas de las reuniones de la comisión ejecutiva de la Fundación Illesport, donde se decidió por unanimidad celebrar los convenios de colaboración con Nóos para organizar los foros, aunque nunca estuvo presente en dichas reuniones.
Las redactaba con lo que le contaba Pepote Ballester, por lo que no sabe si lo que reflejan se corresponde con la realidad. Bernal especifica que en el caso del segundo convenio con Nóos, la Fundación Illesport no pagaba hasta que la entidad que había hecho el servicio remitía la documentación acreditativa, a pesar de que reclamaron y exigieron varios pagos.