Al todavía secretario general del PSOE parece que no le basta con haber colocado a personas de su máxima confianza en el engranaje mismo de la candidatura de Carmen Chacón. Él mismo ha decidido pulsar la temperatura de las diferentes federaciones socialistas a poco más de dos semanas del 38º Congreso. Lo está haciendo con llamadas telefónicas a los secretarios regionales, en las que suele comenzar la conversación con esta frase: “¿Hola, soy José Luis, ¿cómo lo ves?” Después, escucha pacientemente lo que le comenta su interlocutor sin interrumpirle, respondiendo solo con monosílabos…hasta que suelta la frase clave: “A Rubalcaba le veo muy cansado…”.

Podría ser una frase más, aseguran fuentes socialistas conocedoras de algunos de estos diálogos, pero para la mayoría no lo es ya que a estas alturas todo el mundo da por hecho dentro del PSOE que la apuesta de Zapatero se inclina por Chacón, “la niña bonita de Felipe”.

La participación de algunos de los más estrechos colaboradores de Zapatero en la candidatura de Chacón no es casual. Sufrieron a Rubalcaba durante su etapa de vicepresidente en La Moncloa y llegaron a la conclusión de que “es un político al que no le gusta la gente”. Su fama de maquinador se disparó cuando en la primavera pasada le lanzó al ex presidente un órdago de esos que hacen época para conseguir orillar a la cuneta a Chacón ante unas primarias que intuía difíciles. “Fue un palo para todos y José Luis lo pasó muy mal”, comentan fuentes de su entorno al recordar aquella jugada.

Si al secretario general todavía se le ponen al teléfono en las distintas federaciones, no ocurre lo mismo con José Blanco. El ‘caso Campeón’ ha desinflado el respeto que se le profesaba en casi todos los territorios y ahora el todavía ‘número dos’ del PSOE tiene dificultades para que algunos dirigentes comuniquen con él. Según fuentes socialistas, esto no solo le sucede con Tomás Gómez, una de las principales bestias negras de Rubalcaba y de Blanco, sino también con otros secretarios regionales que en su día sintieron el poder omnímodo del ex todopoderoso secretario de Organización y ahora saben que su carrera política ha llegado a su fin. “Gane quien gane, el ‘caso Campeón’ seguirá siendo una auténtica losa para el nuevo líder del partido, a no ser que Blanco deje su escaño”, se asegura en el PSOE.