La Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) será uno de los organismos públicos que primero utilizará en positivo la reforma laboral recientemente aprobada por el Gobierno. Su nuevo presidente, Ramón Aguirre, que tomó posesión este viernes, señaló que esta reforma le permitirá hacer contrataciones “con eficiencia y ahorro” y eliminar, de paso, “las indemnizaciones excesivas”.
El veterano ex diputado del PP estuvo arropado en el Ministerio de Hacienda por su titular, Cristóbal Montoro, la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría y la presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal. Con la reforma laboral todavía en caliente, el primer mensaje lanzado por Aguirre estuvo pensado para tranquilizar a los empleados que trabajan en las empresas dependientes de la SEPI: “Mi compromiso es que todas las plantillas se encuentren cómodamente instaladas en las empresas. Si hay que realizar ajustes, será del lado de los balances no del empleo”, ha advertido.
Al acto asistieron también numerosos ex compañeros de escaño de Ramón Aguirre, entre ellos el segoviano Javier Gómez Darmendrail, quien ya tiene destino asegurado en la presidencia de la Compañía Española de Tabaco en Rama (Cetarsa), dependiente del holding estatal. También acudió a arropar a Aguirre Porfirio Herrero, actual secretario general del PP en Guadalajara, cuyo nombre suena estos días como presidente de Enresa, la sociedad que se ocupa de la gestión de los residuos nucleares.
Además de tranquilizar a los trabajadores dependientes de la SEPI, Ramón Aguirre avanzó que se plantea realizar un ajuste importante en el entramado de empresas filiales para eliminar consejos y consejeros, pues los hay “en demasía”. Entre sus objetivos figura evitar que haya “tensiones financieras” que obliguen a necesitar recursos públicos. Conclusión de la mayoría de los invitados presentes en el acto: habrá despidos, pero solo de los que han estado chupando del bote en las empresas públicas durante los años dorados del zapaterismo.