En 2012, España adelanta a toda la eurozona en una cifra: la emisión de deuda soberana, superando de lejos sus propios objetivos y aprovechando la fuerte demanda de sus bancos nacionales, todo con el dinero prestado por el Banco Central Europeo (BCE).
Hasta ahora, España ha recaudado el 29% de los 86.000 millones de euros de emisiones de deuda soberana en 2012, en comparación con un 18% en la misma fecha en 2011, y cuando Italia ha recaudado un 10% y Alemania un 11,5% de toda la deuda soberana de la zona euro en enero.
Con una deuda emitida tan pronto y tan fuerte, con mucha demanda pero pocos rendimientos para las instituciones que la compran, España quiere acumular dinero y protegerse por si las condiciones de préstamo empeoran en 2012. Pero presionar tanto a los inversores tiene su parte de riesgo. La demanda por los bonos españoles ya ha mostrado sus primeros signos de fragilidad, los inversores intentando absorber el peso de la oferta mientras los operadores primarios sienten una presión más y más fuerte con una venta de bonos por encima de los objetivos.
En su primera subasta del Tesoro del año, España vendió el doble de bonos comparado con su objetivo. Una semana después, la venta de bonos también adelantó las previsiones y a principios de febrero, España sorprendió a los mercados, vendiendo bonos sindicados por encima de las previsiones. “España ha tenido la oportunidad de acelerar [la venta], la ha aprovechado y creo que eso tiene sentido”, afirma un banquero que ha querido permanecer anónimo.
Esa venta récord la asumen, en gran mayoría, los bancos españoles, cuya demanda ha sido impulsada por la disponibilidad de préstamos baratos de parte del BCE, haciendo así beneficios de ‘carry trade’, con bonos españoles de mejor rendimiento. Pero esa fuerte demanda se está ralentizando, ya que ha provocado la rebaja de los rendimientos.
Riesgos para el BCE
La estrategia española tiene un coste para los operadores primarios, los que hacen ofertas en la subasta y luego venden los bonos a los inversores. Una operación más difícil y costosa cuando el emisor vende una cantidad grande de deuda, aceptando una amplia gama de ofertas, pero también arriesgada, si los inversores prefieren volver a comprar bonos con mayor rendimiento o si los bancos prefieren usar el dinero del BCE para pagar sus propias deudas.
De hecho, la estrategia de refinanciación a largo plazo liderada por el BCE ya ha creado un exceso de liquidez que no es sostenible. Por eso los efectos de esa política de la institución europea empezarán a disminuir, lo que ha previsto Moody’s, que analiza que los problemas fundamentales de España no se pueden superar provisionando los bancos con dinero barato. El aumento de los impuestos, los cortes en gastos y la recesión que se prevé en el mundo hacen que España no pueda sostener su estrategia de emisión de deuda con poco rendimiento, excepto con una oferta menos explosiva en 2012.