Sin apenas campaña, el congreso en el que 900 delegados elegirán el primer fin de semana de marzo al líder de los socialistas madrileños encara su recta final. A un lado del cuadrilátero, Tomás Gómez, resistente impenitente con más suerte en los bastidores del Partido Socialista de Madrid (PSM) que fuera de ellos (perdió ocho puntos y sufrió una humillante derrota frente a Esperanza Aguirre en las pasadas autonómicas); a otro, Pilar Sánchez-Acera, una desconocida para el gran público y apoyada por la dirección nacional del PSOE, eternamente confrontada con Gómez.
Las cosas pintan mejor para Gómez: según la mayoría que él representa, Sánchez-Acera solo cuenta con el apoyo del 35% de los delegados. Una cifra que la candidata de 37 años, exconcejala de Alcobendas y exdiputada regional, eleva al 40%, según informa Nueva Tribuna, dedicado a la actualidad política y sindical.
Lo dicho: pese a que también se decidió en un cónclave, la actual campaña por la secretaría regional nada tiene que ver con la protagonizada hace un par de semanas por Alfredo Pérez Rubalcaba y Carme Chacón. Tampoco tiene visos de parecerse, ni mucho menos, a la celebrada a finales de 2010 entre el propio Tomás Gómez y Trinidad Jiménez, quien, como Sánchez-Acera, contaba con el respaldo del aparato. En aquella ocasión, además, se celebraron primarias abiertas, que el exalcalde de Parla se llevó por 558 votos.
Un congreso inamovible
“Hay que tener en cuenta que, pese a los reveses electorales, la composición del congreso no ha cambiado tanto como para volverse en contra de Gómez”, confía un delegado que apoyará a Sánchez-Acera. Superviviente nato, Tomás Gómez fue aupado a la cúspide del socialismo madrileño en el verano de 2007. Venía con la vitola de ser el regidor más votado de España (75% de los votos en Parla).
Tras unificar a las distintas familias de la capital y sortear todos los obstáculos, primarias incluidas, de la dirección nacional –son conocidas sus malas relaciones con el ex ministro José Blanco-, el secretario general del PSM últimamente no conoce más que reveses: primero, en las elecciones autonómicas de 2011, después por su apoyo dubitativo a Chacón. Si su cabeza rueda, se acabó. Pero Gómez resiste y esta vez el viento sopla más de cara que nunca para él.