El director general de Supervisión del Banco de España (BdE), Jerónimo Martínez Tello, había citado para el mediodía de ayer en su despacho a los presidentes de Unicaja, Braulio Medel, y de Caja España-Duero, Evaristo del Canto, con la idea de mantener un encuentro a cara de perro que tenía todos los visos de ser un ultimátum. Más que parada, la fusión entre ambas entidades, anunciada un ya lejano 14 de marzo de 2011, está prácticamente muerta. La institución que gobierna Fernández Ordóñez quiere apretar las clavijas a un Medel cada día más renuente a materializar la operación. “El Banco de España no va a esperar a que el próximo 31 de marzo, Medel nos sorprenda con una de las suyas”, han asegurado a este diario fuentes próximas al antiguo banco emisor.
Este diario digital lo adelantó ya el 12 de enero: “En el Banco de España reina la preocupación por el futuro de la fusión entre Unicaja y Caja España-Duero, una operación que consideran en estado de coma". Medel, añadía la noticia, “promotor de la operación, mantiene congelado el proceso sin que apenas se hayan producido avances significativos en el mismo, excepción hecha de algunas maniobras preparatorias llevadas a cabo, además, con lentitud exasperante”. Desde entonces, la situación no ha hecho sino empeorar para preocupación de todos: el BdE, la Junta de Castilla y León y de la propia Caja España-Duero.
Esa preocupación ha llegado a tal punto que, de acuerdo con fuentes de la Junta castellano-leonesa, Del Canto acudió por su cuenta el martes de esta semana al despacho de Martínez Tello en la plaza de Cibeles para quejarse de que “Medel no quiere hacer la fusión y no escucha ninguno de mis requerimientos, no se me pone al teléfono, incluso me maltrata…”. Como una consecuencia directa de esa visita, el miércoles el responsable de Supervisión decidió convocar en Madrid a ambos presidentes para una reunión de urgencia a celebrar en la mañana de ayer.
El ultimatum de Martínez Tello
Pero, según las fuentes, el encuentro finalmente no de produjo, lo que ha venido a añadir más dramatísmo a la situación. En efecto, poco antes de la hora fijada para la visita, en el despacho de Tello se recibió una llamada sorpresa anunciando que, tras varias horas de intensa reunión en algún despacho de Madrid, ambos directivos habían sido incapaces de llegar a un acuerdo y alcanzar una postura común destinada a llevar a cabo la fusión, que tal era la exigencia previa impuesta por el responsable de Supervisión. "¿Qué hacemos?", fue su desconcertada pregunta.
"Aquí no vengáis sin un acuerdo definitivo", fue la respuesta que recibieron desde el caserón de la Plaza de Cibeles. Siempre de acuerdo con las fuentes, Martínez Tello les dio un ultimátum con fecha fija: una semana. En efecto, Medel y Del Canto deberán pasar por su despacho el próximo jueves, 1 de marzo, con un acuerdo definitivo de fusión bajo el brazo. La conmoción, tanto en Málaga como en León, era anoche total.
Lo ocurrido ayer viene de lejos. Las alarmas se dispararon en el entorno de Tomás Villanueva, consejero de Economía de la Junta castellano-leonesa, y de la propia Caja España-Duero cuando, a consecuencia del Real Decreto sobre reforma del sistema financiero aprobado por Consejo de Ministros el pasado 3 de febrero, Unicaja, como el resto de las entidades ya fusionadas o aún en solitario, hizo público un comunicado dando a conocer sus necesidades de recursos para cubrir las exigencias de provisiones decretadas por la nueva norma salida del ministerio de Economía.
Esa nota o comunicado causó la natural sorpresa en Valladolid, habida cuenta de que el anuncio de Unicaja tendría que haber venido referido a las necesidades de recursos de la entidad resultante de la fusión con Caja España. La conclusión pareció clara: Medel no la quería en absoluto. Fue entonces cuando el propio Villanueva y el presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, acudieron a Madrid para entrevistarse con el ministro de Economía, Luis de Guindos, a quien hicieron partícipe de la situación de impase de la fusión y de su preocupación por el futuro de la caja castellano-leonesa.
Medel cree que la fusión no es viable
Siempre según las fuentes, el ministro les recomendó que pusieran lo ocurrido en conocimiento del BdE, que disponía de instrucciones concretas del Ministerio para operar en consecuencia. El resultado directo fue la ya comentada visita del martes de Evaristo del Canto a la sede del BdE, donde el de Caja España “cantó la gallina”, y la posterior convocatoria de ambos presidentes para la reunión fallida de ayer.
Parece que el Real Decreto sobre reforma financiera citado ha terminado por reafirmar la decisión de don Braulio de frenar la operación. Según esa nueva norma, Caja España-Duero tendría que hacer frente a unas necesidades de capital nuevo de 502 millones de euros, cifra a añadir a los 463 millones que ya se detectaron durante las pruebas de esfuerzo de la EBA del verano pasado. En total, unos 1.000 millones de euros. Si, además, tenemos en cuenta la necesidad de cubrir el 10% de core capital ahora exigido para todas las entidades, la conclusión es que Unicaja tendría muchas dificultades para pechar en solitario con tanto esfuerzo, haciendo, por ello, imposible la fusión.
Que es, en opinión de las fuentes, la reflexión que se ha hecho el de Unicaja. Medel tendría una fórmula alternativa, consistente en pedir una inyección de fondos públicos, pero el malagueño no quiere ni oír hablar del FROB, puesto que ello supondría tener que someterse luego a los recortes salariales impuestos por el ministerio de Economía para quienes necesiten ayudas públicas.
Braulio Medel dispone de una última bala, y es la existencia de una cláusula suspensiva incluida en los acuerdos de fusión, según la cual la operación queda supeditada a la viabilidad de la entidad resultante. Al no cumplir ésta el coeficiente de solvencia, se entraría de lleno en lo estipulado en dicha cláusula: la entidad no es viable. ¿Resultado? El BdE y el propio ministerio de Economía podrían encontrarse a finales de marzo con un problema añadido que ya creían al menos encarrilado.