Al frente de una comunidad que crea empleo frente al resto que lo destruye, Esperanza Aguirre salió ayer reelegida presidenta del PP madrileño en la fiesta más liberal. Se hablaba de que un 96% de los compromisarios la apoyaría. Consiguió el 97,2% de los votos y ninguno en contra, demostrando que el suyo es, vuelve a ser, un triunfo interno, un éxito sin fisuras ni grietas, sin los conatos de oposición que le plantearon los partidarios de Alberto Ruiz-Gallardón en la región hace ya un largo lustro. La presidenta arrasa en Madrid y, aunque quizás algo cansada de batallas políticas, se siente más fuerte que nunca dentro de la formación que gobierna el país e impone sus tesis en la comunidad.
Aguirre hizo ayer gala de ello ante los 2.942 compromisarios. “Cuando los fracasados socialistas nos atacan, quiero estar en la primera línea de defensa de nuestras ideas, cada vez más compartidas por los jóvenes. Ahora es más necesario que nunca un partido con firmes convicciones ideológicas.” Lo dijo una mandataria que propone y dispone, como cuando reclamó al presidente Mariano Rajoy un debate sobre la devolución de competencias por parte de las comunidades.
Ayer no hubo sitio para especulaciones sobre Espe. De hecho, la presidenta fue contemporizadora con quienes la confrontaron. "Sin Gallardón y Álvarez del Manzano, sin ellos, todos los éxitos que hemos cosechado habrían sido imposibles"; cosechó aplausos cuando citó al empresario Manuel Pizarro y a la delegada de Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, como miembros de su nueva Ejecutiva; e incorporó también en la plana mayor a Ana Botella, la alcaldesa, a Miguel Ángel Villanueva, el vicealcalde, a Pedro Calvo, el edil de seguridad y a Concepción Dancausa, la concejala de Hacienda, simbolizando una unidad no vista en el PP de Madrid desde hace mucho.
Aguirre, conocida no precisamente por su recato a la hora de defender lo que piensa, apoyó a capa y espada a su número dos, Ignacio González. "Todas esas campañas insidiosas que se han sucedido jamás han logrado encontrar nada en la trayectoria de Nacho, un político ejemplar e intachable. Por todo eso le considero el mejor para ostentar la secretaria general".
La presidenta ya ha dicho que volverá al funcionariado cuando deje la política. Pero no ha precisado cuándo ocurrirá eso. Por eso se hace difícil saber si Aguirre seguirá en el Gobierno regional, si dará el salto a la política nacional, si aupará a alguno de sus delfines empezando por González… Mientras el Ejecutivo Central se desgasta por los recortes y la mala comunicación, la gobernanta se afianza en su cargo y ostenta su credo liberal, el de Friedman y Hayek que tanto le gusta. Amada u odiada, ayer se comprobó que hay Espe para rato.