España

Los presos de ETA frenan la vía Nanclares para no perjudicar a Bildu en las vascas

El plan de Interior intentaba dinamizar un proceso frenado en seco por la proximidad de las autonómicas en el País Vasco ante el temor de los etarras encarcelados de que se les acuse de minar las posibilidades electorales de la izquierda abertzale

  • Fernández Díaz debatió ayer con Iñaki antigüedad sobre la dispersión de los presos etarras

Los presos de ETA aguardan expectantes los resultados de las próximas elecciones autonómicas vascas, que vaticinan unos resultados espectaculares para la llamada izquierda abertzale, llámese Bildu, Amaiur o, incluso Sortu, en caso de que hubiera una sentencia del Constitucional dándoles vía libre. Y es que hasta ese momento, el proceso de reinserción de etarras se ha quedado prácticamente sin clientela, según ha podido saber Vozpópuli. Están a la espera de esa consulta ante las urnas porque no quieren ser acusados de perjudicar las espectativas electorales de los proetarras.

Nada más aterrizar en el Gobierno, el PP detectó la existencia de un centenar y medio de etarras dispuestos a acogerse a la vía Nanclares, tal y como informó este medio. Sin embargo, la situación no prosperó, hasta el punto de que se llegó a considerar dicha vía como fallida. Lo primero que hicieron desde el departamento que dirige Jorge Fernández Díaz fue lanzar el mensaje de que, contra lo que se divulgaba desde el mundo abertzale, no habría bajo ningún concepto medidas colectivas ni, por tanto, indultos, cosa que prohibe incluso nuestro ordenamiento jurídico. Lo segundo fue la puesta en marcha de un plan de reinserción en las cárceles destinado a "animar" al colectivo de presos etarras, hasta el punto de que se les permitía incorporarse al programa y ser acercados a cárceles del País Vasco sin cumplir uno de los criterios que marca Nanclares: pedir perdón a las víctimas. Era una especie de "curso puente" para facilitar la ruptura del frente de presos, sobre los que ETA aún mantiene su tutela.

Así, el escenario electoral ha venido a incorporar una nueva variable que no habían previsto ni Interior ni Instituciones Penitencitarias. Se trata, a fin de cuentas, de añadir unos pocos meses más a las largas condenas, según razonan no pocos miembros de la banda terrorista que esperan una salida a su situación pero a los que los largos tentáculos de ETA les inhibe a la hora de pedir beneficios individuales en época prelectoral para no dar sensación de división y desmoronamiento, así como de existencia de discrepancias en el colectivo que une a unos quinientos presos repartidos por prisiones de toda España.

Un hipotético adelanto de los comicios vascos ayudaría a dinamizar el proceso de reinserción entre el colectivo de presos

En este sentido no es menor la influencia colateral que pueda tener un adelanto electoral en el País Vasco, eventualidad a la que se resiste el lendakari, Patxi López, pero al que va a resultar imposible mantenerse con 25 diputados de los 75 que conforma la Cámara autonómica tras la ruptura del pacto con el PP y, ni mucho menos, aprobar los presupuestos de su Comunidad para el año que viene. Todo apunta a que otoño podría ser una buena fecha para estos comicios. A fin de cuentas tan sólo se trataría de adelantar el fin de la legislatura unos cuatro o cinco meses.

Sondeos internos del PP vasco hablan de una izquierda abertzale que podría irrumpir en el Parlamento vasco con entre 19 y 20 diputados, con un PNV triunfante y un PSE hundido, con el riesgo de convertirse en cuarta fuerza política, por detrás también de los populares de Antonio Basagoiti. Otras encuestas han llegado incluso a dar la victoria electoral a los proetarras, aunque tradicionalmente siempre se han visto benerficiados en las encuestas frente al voto oculto de PSE y PP, no así del PNV. Por ello, los presos no quieren dar un paso en falso. 

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